Feijóo logra menos pactos que nunca en un debate de la autonomía

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, tenía prisa por saludar la llegada de José Ramón Gómez Besteiro a la secretaría general del PSdeG. Tanta, que no esperó a que se clausurase el congreso socialista para felicitar al sucesor de Pachi Vázquez. Lo llamó cuando Besteiro aún estaba designando a su ejecutiva. En las semanas previas al cónclave, el presidente y otros dirigentes del PP habían advertido sobre la necesidad de un cambio de rumbo del PSOE. El debate del estado de la autonomía celebrado esta semana certifica que las cosas siguen igual. Los socialistas solo apoyaron tres de las 50 propuestas de resolución presentadas por el PP: la bajada del IRFP para las rentas más bajas (entre tres y siete euros mensuales, según el salario), la condena del terrorismo y de Resistencia Galega y la protección del Camino de Santiago. A la inversa, el PP no aprobó ni una sola de las registradas por los socialistas.

 La distancia entre ambos partidos sigue siendo sideral. Y Besteiro advirtió al final de la sesión que si Feijóo quiere pactos, deberá cambiar el rumbo de su gestión. “Solo para Feijóo Galicia está mejor que hace cinco años y eso lo sitúa en una soledad absoluta, lo suyo es un monólogo. Galicia no se merece un presidente de circunstancias. [...] Si Feijóo cambia de posición y hace políticas para las personas, contará con el PSdeG, si no, nos tendrá enfrente”. Besteiro también se quejó de que la mayoría absoluta del PP desbaratara sus dos ofertas de acuerdo: un plan de empleo para 30.000 personas y la continuidad de Novagalicia Banco como entidad independiente en Galicia una vez sea vendida.

A través de su cuenta de Twitter, el Partido Popular incluso echó de menos al anterior secretario general. “Era más fácil pactar con Pachi Vázquez que con Besteiro”. El argumento ya lo había esgrimido durante el debate de las resoluciones su viceportavoz parlamentario, Román Rodríguez, quien recordó que el año pasado los socialistas pactaron su apoyo a ocho iniciativas del PP frente a las tres de este año y admitió que esa soledad parlamentaria inquieta a su partido. “Había una estrategia planificada para no llegar a ningún acuerdo. No vaya a ser que el presidente tienda la mano y ustedes le den oxígeno. Quieren quitar la política del Parlamento, pero la política se hace en el Parlamento”. Rodríguez deslizó la idea —que comparten algunos dirigentes populares— de que Besteiro sí ofrecerá algún pacto en la reunión que mantendrá con Feijóo en las próximas semanas.

Igual que había hecho el presidente con llamadas repetidas a corresponsabilizar a la oposición en los recortes sanitarios, el viceportavoz popular aseguró que su partido había ofrecido a los socialistas negociar sobre 27 resoluciones tras dar por hecho que las conversaciones con el PSdeG serían más fáciles que con AGE y el BNG. La réplica del viceportavoz socialista, Abel Losada, fue recordar que en todas ellas el PP quiso borrar los plazos y que así su fiscalización era imposible, ya que las resoluciones se quedarían en “propaganda”. “Somos tan iguales ustedes y nosotros que no nos aprueban ni una sola resolución”, replicó Losada.

De las 200 propuestas registradas por los cuatro partidos, solo dos fueron aprobadas por unanimidad: una del BNG para devolver los ahorros a los preferentistas y otra de AGE que defiende los intereses de la flota gallega en Mauritania. Como el resto, no tienen fuerza legal porque la Cámara carece de potestad para obligar a la Xunta a ponerlas en marcha.

Tras pedir que se quitase la referencia en la condena del terrorismo a Resistencia Galega, el BNG votó en contra de esa resolución, igual que hizo AGE. La propuesta para reprobar a quienes justifiquen los crímenes producidos durante el franquismo la avaló en solitario el PP. El mismo partido que rechaza actuar contra su alcalde en Beade, Senén Pousa, que presume de franquista desde hace 30 años. El resto de partidos exigían que los defensores de la dictadura fuesen expulsados de las instituciones. Sin éxito.

Los populares también se quedaron solos en su propuesta de cambiar la ley electoral para reducir escaños. Paradójicamente, cuando el viceportavoz Román Rodríguez anunció la supresión de diputados, los parlamentarios que se sientan en la bancada popular se arrancaron a aplaudir.