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El secreto de confesión permite recuperar tres frontales de altar

Las obras fueron robadas en 1999 de la iglesia de Bossòst

Uno de los frontales recuperados después de diez años.
Uno de los frontales recuperados después de diez años.

La iglesia de Nuestra Señora de la Purificación de Bossòst (Val d’Aran), una de las joyas del románico del Pirineo de Lleida, recuperó ayer tres obras de arte sacro robadas en 1999. Catorce años después, el Obispado d’Urgell ha recuperado las piezas del siglo XVIII, porque el delincuente se arrepintió y las devolvió bajo secreto de confesión.

No se sabe ni la identidad del presunto ladrón ni a qué confesionario acudió para atribuirse la autoría del robo y mostrarse arrepentido por el hecho. “Toda esa información no la podemos facilitar porque forma parte del secreto de confesión”, aseguran desde el obispado urgellense. La iglesia luce de nuevo desde ayer las piezas restituidas, tres frontales de altar de estilo barroco que son un importante testimonio del trabajo en madera policromada de la época.

El autor del robo se escondió en el interior de la iglesia y durante la noche aserró una barra de hierro de la reja que protegía los frontales

El robo de los tres frontales se produjo el 8 de noviembre de 1999. El autor del hecho se escondió en el interior de la iglesia y durante la noche, una vez cerradas las puertas, aserró una barra de hierro de la reja que protegía los frontales y se los llevó por la puerta de atrás del templo, ubicado en la plaza de Bossòst, sin que se supiera nada de su paradero hasta ahora. Los frontales están formados por una orla central dedicada a una imagen, mientras que el resto de las piezas están ocupadas por una decoración floral. Los frontales se encuentran en buen estado de conservación.

El retorno de las piezas al lugar de origen se produjo ayer por la tarde y el acto contó con la presencia, entre otras autoridades, del Vicario General del Obispado d’Urgell, Josep M. Mauri; el Arciprestre de la Val d’Aran, Pere Balaguer; el rector de Bossòst, Lluís Eduard Salinas; el alcalde de Bossòst, Francesc Rodríguez, y los responsables de Cultura del Conselh Generau d’Aran.

No es lo habitual, pero a veces se recuperan obras de arte robadas por esta vía. Ocurrió en agosto de 1998 cuando al mismo obispado llegó de forma casi milagrosa la parte inferior de un retablo gótico que había sido robado durante la guerra civil de la iglesia de Bolvir (Cerdanya).

La pieza fue devuelta bajo secreto de confesión y, como ocurre en estos casos, la persona que lo robó y que la guardó en su casa 62 años ha permanecido en el anonimato. Un buen día, unos desconocidos se personaron en las dependencias episcopales con la predela y dijeron que venían a restituirla en nombre de una tercera persona.

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