Las redes sociales mantienen ‘libre’ a Otegi en la política

“Preso político, abertzale y marxista, secretario general de Sortu y secuestrado en Logroño”. Así se describre Arnaldo Otegi en Twitter. La red social junto con otras como Facebook, la especializada en fotografía Flickr, o su web arnaldotegi.com se han convertido en una plataforma para que la imagen y figura del dirigente de la izquierda abertzale, preso, esté presente de alguna manera en el debate político de forma autónoma. Porque Otegi, mejor dicho la persona que maneja su cuenta, su hijo Hodei —el recluso no tiene ningún tipo de acceso a Internet, según Instituciones Penitenciarias—, no deja escapar ninguna referencia sobre su persona, desde mensajes de solidaridad de particulares a tuits de denuncia y critica sobre su encarcelamiento lanzados por EH Bildu, Amaiur o Sortu.

El Arnaldo Otegi virtual tuitea en euskera, castellano, catalán, francés e inglés, con múltiples referencias al debate soberanista abierto en Cataluña o en Escocia y sobre todos los temas candentes para la izquierda abertzale. La proyección del líder en Internet permite a la antigua Batasuna rentabilizar la figura de Otegi para la construcción de su discurso desde el derecho a decidir a la sempiterna denuncia del preso político. Algo más que un golpe de efecto, como pudo ser el mensaje en vídeo del exportavoz de Batasuna que se difundió en un mitín de EH Bildu las pasadas elecciones, y, sobre todo, sin enfrentarse a un expediente disciplinario de Instituciones Penitenciarias, como ocurrió en aquella ocasión. Con 494 mensajes, junio fue el segundo mes en lo que va de año de mayor actividad en Twitter para el secretario general de Sortu, según la web de estadísticas TweetStats, entre otras cosas, por el fallo del Tribunal Constitucional que desestimó su petición de puesta en libertad.

Sonreíd, porque vamos a ganar"

“¡Sonreíd, porque vamos a ganar!”, lanzó en Twitter en cinco idiomas el 4 de junio cuando el Tribunal hizo pública su resolución, no sin causar cierto revuelo en Internet, además de reproducir los mensajes de otros dirigentes abertzales y de otras personas en protesta por el fallo. El exportavoz de Batasuna precisamente cumplió ayer cuatro años de los seis y medio de cárcel que fijó el Tribunal Supremo para él por el caso Bateragune y la manifestación de protesta que se celebró en Elgoibar fue anunciada a través de Twitter por @ArnaldoOtegi a finales de septimebre. El líder de la izquierda abertzale recuerda de vez en cuando en la red social y en varios idiomas su dirección en la cárcel de Logroño para todo el que esté interesado pueda escribirle o otra de las formas que la gente tiene para expresarle su solidaridad; enviar una foto con su número de preso, 8719600510, a una dirección de correo electrónico. Las instantáneas las atesora la cuenta Arnaldo Otegi de Flickr.

Otegi tiene ya más de 34.000 seguidores

De hecho, la campaña del número fue puesta en marcha por familiares y amigos del secretario general de Sortu cuando fue encarcelado, mucho antes de que el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, luciera la cifra en un pin en un pleno de las Juntas Generales en junio de 2011. Otegi tiene más seguidores (34.200) y es más activo en Twitter (9.000 mensajes), que otros dirigentes de la izquierda abertzale, pero su actividad es más aséptica. Las opiniones las expresa a través de otros, al retuitear sus mensajes —las cuentas con las que mayor interactividad tiene son con las de Joseba Permach, Pernando Barrena, Sortu, Naiz Info y Berria, entre otros, según TweetStats—, no mantiene conversaciones, y reproduce un sinfin de noticias de medios de comunicación. Su actividad traspasa los mensajes de autocomplacencia. Entre otros asuntos de la actualidad informativa se ha hecho eco a lo largo de este año de noticias sobre la central nuclear de Garoña, los papeles del extesorero del PP Luis Bárcenas, una huelga en el metal de Gipuzkoa, la campaña sobre el reciclaje que lanzó la Diputación del territorio y ha felicitado al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, por su victoria en las elecciones y el 23 de abril, el día de San Jordi.