Un jefe antidisturbios admite más controles tras el ‘caso Quintana’
Los agentes deberán redactar una nota informativa cuando usen las pelotas
Hace meses que por el juzgado de instrucción 11 de Barcelona desfilan algunos agentes antidisturbios (Brimo) que intervinieron en la huelga general del 14-N en Barcelona. El objetivo es dilucidar qué le causó el estallido del glóbulo ocular a Ester Quintana. Ayer fue el turno del jefe de la unidad, el inspector Marc Caparrós, que refrendó la postura de Interior. El departamento apartó del servicio en julio, ocho meses después de lo ocurrido, a seis agentes de la furgoneta Dragó 414 que intervino cerca de donde cayó herida Quintana, en la calle de Casp con Paseo de Gràcia. “Dieron versiones distintas”, declaró ayer Caparrós, según fuentes judiciales.
El mando policial también defendió que, a diferencia de lo que han declarado los agentes que comparecieron ante el juez, él habló con los miembros de las tres furgonetas que actuaron en la zona donde se hirió a Quintana, y les preguntó por lo ocurrido. Los seis agentes están apartados de la unidad antidisturbios después de que uno de ellos asegurase que “creía recordar” haber disparado una salva —disparo sin proyectil— cerca de donde sufrió el golpe Quintana.
Preguntado por la fiscalía y por la abogada de la acusación, Caparrós también admitió ayer que, desde que Quintana perdió un ojo, se ha están mejorando los protocolos de la cadena de custodia de las pelotas de goma. Antes los proyectiles eran comunes a una furgoneta. Al acabar una intervención, el escopetero hacía recuento con el mando de esa furgoneta y no daban cuenta a nadie más, ni quedaba por escrito en ningún lugar.
Ahora, cada escopetero tiene varias pelotas de goma, todas del mismo color, y estas llevan unas marcas características, a través de símbolos, que hacen que se sepa quién dispara cada pelota. Además, están dentro de un zurrón que va precintado, según fuentes policiales. Cada vez que un agente lo desprecinte para utilizar alguna de las pelotas, deberá hacer una nota informativa, según esas mismas fuentes. “Ahora está todo controladísimo. Cada agente es responsable de su material y de su equipación. Antes no había tanta vigilancia”, añaden esas mismas fuentes.
Entre el resto de mejoras, Interior está estudiando nuevos métodos de geolocalización que sirvan para conocer cuál es el recorrido y la localización exacta de las furgonetas.
En su declaración, Caparrós también aseguró que la jornada del 14-N fue caótica, según fuentes judiciales, y que desconoce los detalles de lo que ocurrió en la zona donde se encontraba Quintana porque él estaba en otra furgoneta, interviniendo también, en un lugar alejado. Ante las preguntas sobre las contradicciones entre los informes policiales, Caparrós aseguró que es muy complicado que en una intervención de las características de la del 14-N recojan de forma fidedigna y exacta todo lo que ocurrió, según esas mismas fuentes.
En el caso de Quintana hay imputados un escopetero y un subinspector de la Dragó 40. El proceso judicial ha afectado mucho a los antidisturbios, y en los últimos días ha marchado un subinspector —número 3 de la Brimo— y cuatro sargentos de la unidad, según fuentes policiales. “Ven lo que está pasando y sienten que nadie les ampara”, según esas mismas fuentes.
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