El naval ferrolano anuncia un “otoño caliente” con “cero carga”
El presidente del Comité asegura que responderán con contundencia al intento de limitar las capacidades de los astilleros
Hace un año que el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en plena precampaña, anunció dos floteles para Pemex en Vigo y Ferrol que siguen en el limbo mientras la petrolera mexicana ha vuelto a aplazar -por tercera vez- la decisión final a noviembre. Hace dos que colea la promesa incumplida de un dique flotante para que los astilleros públicos de la ría ferrolana puedan reparar grandes buques, otra para ejecutar la sexta fragata F-100 o aquella de fabricar unos quimiqueros que, poco después de decirlo Feijóo, acabaron en Corea. Hace tres años que los sindicatos de Navantia en Fene y Ferrol empezaron a movilizarse con protestas, paros, caminatas y concentraciones para denunciar que la carga de trabajo empezaba a escasear. Para Navidad, no quedará nada por construir en las gradas de la ría gallega. “Nos queda un mes de faena y para diciembre nos quedamos a cero en nueva construcción”, resume el Comité, con “poca fé” en la clase política y hastiados de sus “continuas burlas”.
Lo único que ha crecido desmesuradamente del 2010 en adelante ha sido la tasa de paro (30%) alimentada por un goteo incesante de despidos entre un centenar de compañías auxiliares del naval, el único soporte económico de una comarca en caída libre. Eran 955 en mayo del 2012 y con el último recuento sindical, los operarios despedidos pasaban de 2.500 este verano. “Quedan mil escasos”, resumió José Blanco, de CCOO, y secretario del Comité de Ferrol, que se reparten entre la división de reparaciones y los últimos flecos del 'Adelaide', el segundo buque para Australia que se entregará en breve. Aquel macrocontrato se firmó en 2007 desde entonces no hubo otro más allá de acciones comerciales que no han fructificado.
Con las gradas vacías y la dirección de Navantia tejiendo un Plan Estratégico en el que adivinan 'reajustes' de plantilla, los sindicatos anunciaron hoy que se avecina un “otoño caliente” en una ría muy acostumbrada a salir a la calle para defender sus astilleros. La primera movilización fuera de los muros de la factoría será este jueves 26, si la plantilla aprueba antes el calendario de protestas que el Comité planteará ese mismo día en una asamblea interna. Los sindicatos tienen claro que los culpables de la travesía en el desierto a la que se enfrentan los astilleros públicos tiene culpables con nombres y apellidos: la dirección del grupo naval por su “nefasta gestión” y los sucesivos responsables políticos de los Gobiernos central, autonómico y local por no batirse el cobre para defender un sector estratégico y una empresa pública que ha despuntado en el diseño y la construcción de grandes buques militares.
“Van a ser unos meses calientes para esta comarca”, concluyó Blanco. El presidente del Comité de la antigua Astano, Jorge Prieto, dijo que responderán con contundencia a cualquier intento de limitar las capacidades de los astilleros. “De nichos pequeños de mercado en Fene sabemos mucho”, se lamentó. Reclaman al Gobierno de Mariano Rajoy, que controla Navantia a través de la Sepi (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), un “mayor esfuerzo internacional” en la búsqueda de contratos con Marinas de otros países.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.