Mas desafía a la UE y afirma que una Cataluña soberana seguirá en el euro
El presidente catalán advierte a España y a Europa de que no les conviene excluir la potencia económica catalana P Pide que sea tratada “como Escocia”
La pertenencia o exclusión de una Cataluña soberana en la Unión Europea es decisiva en la consecución de una mayoría a favor de la independencia en una hipotética consulta. Por ello el presidente de la Generalitat, Artur Mas, decidió este jueves contrarrestar los varapalos que ha recibido desde Bruselas cuando se le ha recordado reiteradamente que, en caso de secesión, el nuevo Estado catalán perdería la condición de miembro de la Unión. En el último sondeo de Metroscopia para EL PAÍS, realizado este septiembre, la inclusión de Cataluña en la UE decantaba la balanza. Si la comunidad se quedaba dentro de Europa, el sí ganaba al no, un 49% frente al 36%. Con una Cataluña fuera de la UE, el no vencía con el 44% ante el 41% del sí. El expresidente Jordi Pujol se sumó este jueves a la polémica al asegurar en una conferencia que Cataluña no puede "prescindir" de Europa.
Mas no quiere dar por perdida la batalla de Europa, en una reunión del grupo parlamentario de CiU en Tortosa (Tarragona), prefirió obviar los tratados para asegurar que Cataluña seguirá gozando de las ventajas de la UE en caso de independencia. Aunque, a diferencia de otras ocasiones, separó explícitamente tres de los elementos que configuran la Europa comunitaria: la coordinación política, la unión económica y monetaria y la libre circulación de bienes y personas.
“En cualquier escenario Cataluña va a estar en el euro, mientras cumpla las condiciones, como ahora. Hay países que no están en la Unión Europea y tienen euro. Cataluña lo tendrá si quiere”, sostuvo Mas. El presidente catalán evitó explicar a sus diputados que, si bien Cataluña podría usar el euro —es una decisión unilateral de los Estados—, no tendría ningún poder de decisión sobre la moneda ni gozaría de los beneficios de la unión económica.
“Cataluña estará en Europa decidan lo que decidan los catalanes”, afirma
Aún peor es el caso de las fronteras. Mas sentenció que “no debe haber ningún temor” de quedar fuera del Tratado de Schengen: “En la UE no están por tonterías. La libre circulación de bienes y personas es sagrada”, afirmó. Pero en caso de independizarse, Cataluña dejaría de formar parte automáticamente de Schengen, y para gozar de la libre circulación de bienes y personas necesitaría el visto bueno de todos los firmantes del Tratado, España incluida.
El líder de CiU omitió la integración política, habida cuenta de que tenía muy reciente el portazo de Bruselas a la inclusión en la UE de una Cataluña independiente. La portavoz de la Comisión Europea, Pia Ahrenkilde, dejó claro el lunes que si un territorio de un Estado comunitario declara su independencia, automáticamente deja de pertenecer a la UE y se convierte “en un país tercero”. Insistió en la tesis el vicepresidente y comisario de la Competencia, Joaquín Almunia. Este jueves lo hizo en Madrid el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier.
Pero ni Mas ni los socios de su Gobierno, Esquerra Republicana, están dispuestos a que las autoridades comunitarias supongan un obstáculo en el proceso soberanista. La estrategia de Mas pasa por convencer a los catalanes de que la potencia económica de la comunidad es suficiente para que la UE acepte al Estado catalán. “Cataluña es un mercado muy importante para España y para la UE. Ya se ocuparán ellos de no hacerse daño”, advirtió el presidente catalán, que concluyó: “Cataluña estará en Europa decidan lo que decían los catalanes. Nuestra economía no quedará resentida”. La propaganda de los partidos acompaña esta tesis: Convergència, por ejemplo, asegura en su argumentario que el Estado catalán sería el séptimo más rico de la UE y un contribuyente neto.
Sus asesores preparan un informe para argumentar
Pese a los avisos oficiales de la UE, Mas espera dotarse de argumentos con el informe que están preparando sus asesores —el Consejo Asesor de la Transición Nacional— para explorar las opciones de seguir en Europa. La vía que barajan los colaboradores de Mas es permanecer como miembro apelando al concepto de “ampliación interna de la UE”. El argumento que acompaña este término es que no se puede privar a los catalanes de su condición de ciudadanos comunitarios. Aunque esta vía soslaya que las partes constituyentes de los tratados de la UE son los Estados, y no sus ciudadanos.
Los independentistas catalanes se aferran a que en la Europa comunitaria jamás se ha vivido una ampliación interna a partir de la segregación de un Estado. El líder nacionalista usó el referente de Escocia —que votará sobre su independencia en un año— para dar fiabilidad a la apuesta catalana: “La UE nunca se ha enfrentado a un caso como el de Escocia y Cataluña. Para integrar la República Democrática Alemana se encontraron soluciones rápidas”.
Tras el desafío a Europa, Mas pidió colaboración comunitaria para poder convocar un referéndum “La UE se debería preocupar de ayudar a un pueblo pacífico y movilizado para que pueda votar de manera democrática, como los escoceses”. Una ayuda siempre condicionada a cumplir con el límite temporal impuesto por ERC: la consulta en 2014.
La Comisión insiste: “Quedarían fuera del bloque comunitario”
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, el mismo que confesó en público el éxito de movilización y organización de la Diada, admitió este jueves que usará “todas las herramientas diplomáticas a su alcance” para convencer a los catalanes de que les conviene seguir integrados en España y, por tanto, en la UE. Lo dijo en la rueda de prensa conjunta que ofreció en Madrid con el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, que aprovechó para sumarse, tras ver también a Mariano Rajoy, a la ofensiva de comisarios europeos que han advertido en estos días a Cataluña de lo que le sucedería si se declarara independiente: “Si una región sale de la Unión Europea, sale también del bloque comunitario y hay que negociar un nuevo tratado de adhesión. Nadie puede decir no comprender o no entender esa regla”. Ya habían expresado la misma idea el comisario y vicepresidente Joaquín Almunia; la portavoz de la comisión, Pia Ahrenkilde, y el del parlamento europeo, Jaume Duch.
Margallo negó que convocase sin estar previsto en su agenda hasta la noche del miércoles a todos los embajadores de la UE para hablarles precisamente de este problema.
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