EH Bildu y PP censuran la reforma fiscal porque grava a la clase media
Quiroga dice ante los empresarios que el pacto ralentiza la salida de la crisis
Quedan ocho días para el pleno de fiscalidad en el Parlamento destinado a fijar la reforma fiscal de PNV y PSE y ambos partidos buscan aún socios que les ayuden a esquivar su minoría en las Juntas Generales de Álava y Gipuzkoa, donde precisan del apoyo de al menos otra formación. Quizá por ello, ayer, el Gobierno buscó a través de su portavoz, Josu Erkoreka, lanzar un mensaje posibilista para tratar de no alejar al PP, partido con el que han establecido una clara preferencia a la hora de sumar una tercera fuerza a su reforma, aunque también habrá reuniones con EH Bildu esta semana.
Las diferencias, tanto con respecto a la fiscalidad pactada por Bildu y PSE en Gipuzkoa como con respecto a la propuesta del diputado general de Álava, Javier de Andrés, son meramente “técnicas”, aseguró ayer Erkoreka. Se trata, por tanto, de distancias que no son “insalvables”, dijo.
La letra pequeña y su filosofía acerca el pacto PNV-PSE más a la reforma guipuzcoana, pactada por Bildu con los socialistas, que a la propuesta en minoría del PP en Álava. Mientras que el pacto recoge, como Gipuzkoa —aunque la diputada de Hacienda, Helena Franco, ya ha afeado que es más moderada que la suya—, subidas en el IRPF de las rentas altas y limita las deducciones en el Impuesto de Sociedades, el PP plantea aumentos de las deducciones tanto para las empresas como para familias numerosas y desempleados. La propuesta fiscal de De Andrés está más alejada de la de PNV y PSE que la del PP autonómico, que a través de su portavoz económico, Antón Damborenea, planteó en julio medidas como un incremento de la presión fiscal a las rentas altas que De Andrés no ha incorporado a su propuesta.
Ayer, De Andrés prosiguió con su crítica al pacto PNV-PSE asegurando que este tendrá mayor incidencia en personas con rentas entre 20.000 y 35.000 euros. Y la portavoz de la Diputación guipuzcoana, Larraitz Ugarte, censuró la actitud “involucionista” del pacto que, aunque sigue la línea de Gipuzkoa, en su “letra pequeña se ve la sombra de la derecha” ya que “solo busca proteger a las clases medias y altas”, informa Mikel Ormazabal. Por la tarde, EH Bildu censuró la reforma porque aumentará los ingresos “a costa de los de siempre, a costa de los trabajadores”.
Sea como fuere, el PP y la izquierda abertzale censuran la reforma fiscal de cuya gestación han estado excluidos. La preferencia del PNV y del Gobierno ha pasado siempre por el PP antes que por EH Bildu, partido con el que, en principio, tendrían mayores coincidencias en las ideas de fondo de la reforma fiscal. Es por ello por lo que Erkoreka ayer se afanó por relegar al ámbito “técnico” las diferencias, pese a que el diputado general alavés ha dedicado las dos últimas semanas en poner en contradicción la propuesta de PNV y PSE con la suya. Ante esta realidad, Erkoreka abogó por mirar a Madrid y recordó que Mariano Rajoy ha aumentado la presión fiscal, por lo que consideró que el PP vasco “sintoniza con el planteamiento [del pacto fiscal entre PNV y PSE] de adecuar el sistema tributario a las necesidades de gasto público”. Hace dos semanas, De Andrés, secretario general del PP vasco en Álava, declaró tras el Consejo de Diputados que “otra propuesta [del PNV y PSE] plantea lo contrario, el apoyo a las administraciones públicas; creo que lo que toca ahora es apoyar a las familias”. De Andrés aseguró que su planteamiento es pionero pero que el PP implantará en el resto de España ideas similares en cuanto la situación económica se lo permita y el portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, abogó por “moderar la posición fiscal”. Arantza Quiroga aseguró, durante un encuentro de más de tres horas en el Círculo de Empresarios que la propuesta de socialistas y nacionalistas “ralentiza” la salida de la crisis.
Pese a las críticas, el PP se muestra favorable a sumarse a un acuerdo en el que quiere dejar su impronta aunque el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, marcó el lunes durante la escenificación del pacto, los límites de la negociación: incorporar puntos del resto de formaciones sí, pero sin “desnaturalizar” el pacto. Tampoco conviene al PP desmarcarse del acuerdo, ya que Álava, donde gobierna, quedaría en minoría en órganos tan importantes como el Consejo vasco de Finanzas o el Órgano de Coordinación Tributaria, en el que en la última legislatura autonómica ha ido de la mano de Bizkaia, de quien se alejaría sin un pacto fiscal, que acordaron años atrás.
En lo que tanto PNV como PP y Bildu parecen coincidir es en sus recelos de que sea el Parlamento el que termine dictando a las Diputaciones cambios fiscales a través de la Ley de Armonización Fiscal. El instrumento no ha sido utilizado nunca pero se especifica en el pacto PNV-PSE. Los socialistas han hecho hincapié Gipuzkoa cree que “uniformizar a lo bestia” sería “contraproducente”, Álava que podría ser “difícil de aplicar” y que generaría dudas legales. El Gobierno también se alejó de la armonización fiscal recordando que es legal que existan tres fiscalidades distintas.
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