El BNG pide la “soberanía” para una Galicia “reducida a cenizas”

“Feijóo está dejando el país reducido a cenizas, y no solo en el monte”, resumió Xavier Vence, portavoz nacional del BNG, en el acto final de la manifestación que ayer congregó a miles de personas en una Praza da Quintana que no llegó a llenarse. Según el Bloque, eran 10.000 los presentes. “Unos tres mil”, en cambio, para los policías nacionales que vigilaban la marcha, con base de operaciones en la Praza de Galicia. Vence se estrenaba como líder en la protesta. Tendría que haberlo hecho el 25 de julio, Día da Patria, pero acababan de morir 80 personas en la curva de Angrois y el BNG se sumó al duelo.

La Galicia ceibe y soberana (hacia la que hay que caminar “paso a paso, pero con decisión”) es imprescindible, defendió Vence, porque es la “mejor garantía de futuro” y una “precondición para aplicar políticas de izquierda”. Solo si la comunidad se hace “cargo de su futuro”, podrán combatirse las medidas “recentralizadoras” del PP, y situaciones actuales como la tasa de paro “insostenible”, el “expolio del ahorro gallego”, el “desmantelamiento de las instituciones” y el “deterioro de los servicios públicos y del tejido productivo”.

El portavoz recurrió a la imagen del incendio de O Pindo, que ha arrasado por completo un paraje natural único, como metáfora de la asfixia “límite” a la que han llevado las políticas de Rajoy y Feijóo. Esta es, dijo, una Galicia “reducida a cenizas” en la que “estamos pagando cara” la “austeridad irresponsable” del Gobierno del PP. “Gastamos en apagar lo que no gastamos en prevención y aún encima nos queda el país carbonizado”, defendió, y luego llamó al presidente de la Xunta “pirómano por omisión”.

Para dar muestra de la penosa situación que atraviesa la comunidad, el BNG invitó al acto a 12 representantes de la cruda realidad gallega que explicaron a todo el público los graves problemas que sufren. Jóvenes obligados a emigrar, como Bea Pérez, que acabó la carrera (pagada con el sudor de sus padres) y la semana que viene, a sus 23 años, hará las maletas para irse a trabajar a Alemania, igual que hace medio siglo, en plena dictadura, se vieron forzados a hacer los gallegos.

También salió a expresar sus preocupaciones al micrófono Alba Mariño, vecina de Coristanco que lucha por un futuro “sin cianuro ni arsénico” mientras la Xunta estudia aprobar el proyecto de una mina de oro a cielo abierto, de capital canadiense, que podría cambiar la vida de la comarca de Bergantiños para siempre. Había, además, preferentistas; un representante de T-Solar (encerrados en la planta desde hace 76 días); emigrantes retornados; agricultores; trabajadores de la conserva y el naval (“tenemos un presidente que más que de barcos sabe de yates y de planeadoras”). El secretario de la Asociación Monte Pindo, Mario Maceiras, volvió a pedir dimisiones en la Xunta, pero la actriz Isabel Risco fue mucho más allá: “Nos gobierna un enfermo mental muy, muy peligroso para el país. Vivimos tiempos de negrura... Quieren exterminar nuestra cultura, desde el teatro al agro. ¡Que marchen estos fantoches! ¡Renegados, fuera de nuestro país!”