La juez ordena expulsar a los trabajadores de T-Solar encerrados
La empresa opta a un concurso de 5.000 millones mientras alega que no tiene fondos para devolver subvenciones
El encierro de medio centenar de trabajadores y sindicalistas en la factoría de T-Solar es “ilegítimo”. Así lo ha decidido la titular del juzgado de Primera Instancia número uno de Ourense, que ordena el desalojo de las instalaciones ubicadas en el Parque Tecnológico de Galicia, tras el juicio celebrado la pasada semana en el que fueron juzgadas 20 personas, entre ellas la diputada del BNG, Tareixa Paz. La sentencia estima la “perturbación de la posesión” de la fábrica denunciada por Isolux Corsán y ordena la expulsión inmediata. Los empleados y sindicalistas encerrados desde hace dos meses anuncian que “la ocupación seguirá adelante sin problema alguno”, ya que la sentencia no es firme y cabe recurso ante la Audiencia de Ourense.
La juez afirma en la sentencia que la ocupación de las instalaciones “no está amparada por el ejercicio de los derechos de reunión, negociación colectiva ni de acción sindical” tal y como alegaron los abogados de los denunciados durante la vista oral. Sin embargo, matiza que “no existe duda alguna de que la acción desarrollada por los demandados tiene una significación sindical y puede calificarse como medida de lucha colectiva en defensa de los puestos de trabajo y de los intereses económicos”.
Este fallo judicial no es el único revés con el que se han topado los empleados esta semana. El PP tumbó en el Parlamento de Galicia dos iniciativas de BNG y PSOE en las que se reclamaba un plan de viabilidad para garantizar la continuidad de la factoría de paneles solares. Ambas fueron rechazadas alegando que la Xunta -que entregó a los dueños de la fábrica 21 millones de ayudas públicas en cinco años- “no puede intervenir en la gestión de una empresa privada”. Durante la defensa de su voto en contra, los populares denunciaron que “el 75% de las ayudas otorgadas por la Administración gallega [todas las que fueron concedidas durante el gobierno bipartito] adolecieron de las necesarias garantías de reembolso”. También anunciaron una nueva iniciativa de “apoyo inequívoco a T-Solar”, aunque no concretaron en qué consistirá.
Mientras se desentiende de su ultrasubvencionada factoría gallega y alega que no tiene dinero para devolver las ayudas públicas concedidas bajo la obligación de mantener los puestos de trabajo hasta 2014, Grupo T-Solar ha sido preseleccionado por el departamento de Defensa del Gobierno de Estados Unidos como una de las empresas que optan a ser proveedoras de energía fotovoltaica para sus bases militares, en un concurso cuya cuantía supera los 5.000 millones de euros. A su vez, la empresa continúa con su proceso de expansión internacional con la puesta en marcha de nuevas plantas solares en California (EEUU), India o Puerto Rico.
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