Sanidade aplaude el funcionamiento de Povisa, el hospital con más lista de espera

La Consellería de Sanidade realizó en el primer cuatrimestre de este año una auditoría en el hospital Povisa, el único centro privado de Galicia que está integrado en la red pública y que cobra 74 millones de euros al año por atender a 145.000 pacientes del área de Vigo. Pese a arrastrar desde hace años la mayor lista de espera de la comunidad –con una reciente queja del Valedor do Pobo ante la Xunta incluida- y haber despedido este año a 18 trabajadores (cuenta ahora con 979), los inspectores de Sanidade concluyeron que la asistencia de Povisa es “correcta” y que ahora se realizan más consultas, intervenciones y pruebas diagnósticas, ha asegurado esta tarde la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, en el Parlamento gallego. “¡Despida a esos auditores!”, le ha replicado la diputada de AGE, Consuelo Martínez, una extrabajadora de este hospital que fue despedida cuando era delegada sindical de la CIG. Martínez, a la que diputados del PP increparon gritando “fea” y “macarra”, ha sido expulsada del hemiciclo por la presidenta de la Cámara por sus interrupciones a la conselleira, una mujer que también ha estado ligada profesionalmente a Povisa: Mosquera fue gerente durante años del hospital privado Nuestra Señora de la Esperanza de Santiago cuando era propiedad del mismo grupo empresarial que gestiona el centro vigués.

La intervención de la conselleira se produjo a preguntas de AGE y BNG tras la desatención sufrida por un paciente de 95 años durante la huelga vivida en Povisa, una situación que Mosquera admitió haber conocido por la prensa porque la Inspección, justificó, no había recibido ninguna denuncia. A Emilio García, que sufría una lesión en la pierna, se le retrasó varias veces una operación, incluso en las puertas del quirófano, y tanto en sus explicaciones a los familiares como en las que ofreció a la prensa el centro atribuyó la demora a los efectos del paro, pese a que el aplazamiento puso en riesgo la vida del enfermo. Sanidade, que entonces alegó que se trataba de un problema interno del hospital, asume ahora la segunda versión dada por Povisa para justificar el trato a García. “La programación de la atención al paciente se realizó en función de su situación clínica”, ha afirmado hoy la conselleira tras desvelar que envió a unos inspectores al hospital tras leer en los periódicos lo que le había ocurrido a este paciente de 95 años. “Lo metieron en el quirófano a los dos días de salir en la prensa”, le ha respondido la nacionalista Montse Prado. “Los enfermos estuvieron abandonados [durante la huelga]”

Martínez le ha leído a la conselleira un rosario de incidencias ocurridas en el hospital concertado durante la protesta del personal, desde errores en la administración de medicamentos y en el etiquetado de muestras, hasta radiografías urgentes realizadas con retraso. “No pasa nada en Povisa, solo que las infecciones corren de un lado a otro del hospital, hay carencia de profilaxis y los alumnos suplen al personal”, añadió la parlamentaria de AGE. “Me parece muy fuerte que se ponga en duda la profesionalidad de los inspectores”, se ha defendido Mosquera.