Pastor y Vila desencallan el acceso al puerto con diez años de retraso
El presidente Artur Mas confía en que la sintonía con el Ministerio de Fomento se traslade a otros ámbitos
Solo han tenido que pasar diez años. Que se haya tenido que rebajar a la mitad el coste del proyecto inicial. Que por primera vez una autoridad portuaria local haya asumido parte de la inversión en una infraestructura que corresponde al Ministerio de Fomento. Y que Ferrocarriles de la Generalitat (FGC) haya cedido un tramo de su plataforma de vías para agilizar el proceso. Pero más allá de esos pequeños matices, el puerto de Barcelona puede decir desde ayer que sus accesos ferroviarios definitivos cuentan con la luz verde de las administraciones. Si los técnicos son capaces de cumplir el calendario, la licitación saldrá antes de que finalice el año, como señaló ayer la ministra Ana Pastor. A partir de ahí, unos dos años de obras, lo que permitiría el primer paso de un tren durante 2016.
“Estamos corrigiendo un déficit histórico”, señaló el presidente de la Generalitat, Artur Mas, tras firmar un complejo protocolo que implica también al ministerio, Adif, FGC, la Autoridad Portuaria de Barcelona y Puertos del Estado. La inversión comprometida asciende a 108 millones de euros a la que se tendrán que añadir los nuevos accesos por carretera, que sí siguen pendientes. El coste lo asumirán a partes iguales Fomento y el puerto de Barcelona. Este último está muy interesado en asegurarse una conexión ferroviaria efectiva con el centro de Europa si quiere pugnar por el tráfico procedente de Oriente que ahora copan los grandes puertos del norte del Atlántico. Pero también estaba obligado porque esos accesos formaban parte del compromiso asumido con Hutchison cuando el grupo chino se comprometió a invertir más de 400 millones de euros en una nueva terminal inaugurada el pasado año.
Cataluña soporta entre el 25% y el 30% de las exportaciones del conjunto de España
La nueva conexión partirá del ramal del Llobregat que se encuentra junto al estadio del Espanyol, en Cornellà, y conectará con la vía de FGC. Desde la ronda litoral compartirá la plataforma de la operadora ferroviaria de la Generalitat hasta el puente de acceso a Mercabarna. Y a partir de ahí, la conexión se desviará para seguir en paralelo a la orilla del Llobregat, hasta conectar con el puerto por la terminal del muelle Prat. El protocolo también asume la conexión con la terminal ferroviaria de Can Tunis.
Un proyecto con muchos implicados
Ministerio de Fomento. Era el encargado del proyecto conjunto, que incluía los accesos viarios, y ha tenido que esperar el auxilio de otras administraciones. El convenio garantiza que licite, ejecute y financie el acceso ferroviario a través de la plataforma de FGC, el ramal de conexión del nuevo acceso de Can Tunis y las instalaciones de seguridad y comunicación de las nuevas vías. La encargada será Adif.
Generalitat. Es la que ha permitido que FGC ceda un tramo de su plataforma, abaratando los costes y agilizando la obra. Mas desveló ayer que esa cesión ya había sido sugerido hace años y que el Ministerio de Fomento la había rechazado.
Puerto de Barcelona. Asume la construcción de la prolongación del acceso en el puerto en vía doble (ancho ibérico e internacional) dentro de sus instalaciones y la construcción de la subestación eléctrica que dará energía a todo el tramo. Asume la mitad de la inversión.
Consorcio de la Zona Franca. El organismo queda excluido de esta actuación, pero fue indispensable para que se pudieran construir los accesos provisionales, que atraviesan sus instalaciones, inaugurados hace un año justo antes de que se pusiera en marcha la nueva terminal de Hutchison. Esa actuación le supuso a la APB una inversión de más de 40 millones de euros.
Con esa nueva infraestructura, Mas considera que se resuelve “uno de los cuellos de botella” de Cataluña, “la primera economía exportadora de España”. Pero también destacó que ese proyecto tendrá que ser ampliado si el puerto de Barcelona logra alcanzar sus previsiones de transporte ferroviario.
El Gobierno catalán se aferró a la firma de ayer para insistir en la necesidad del diálogo con el Ejecutivo de Mariano Rajoy. Frente al optimismo exhibido por el consejero de la Presidencia, Francesc Homs —afirmó el lunes que veía un cambio de actitud—, Mas fue mucho más realista. Tras celebrar la “buena sintonía institucional” entre administraciones en la firma del puerto, matizó que “en otros temas va a ser complicado” pactar. Aunque confía en que todavía sea posible: “Cuando hay ganas de resolver los temas siempre se encuentran soluciones”, dijo el presidente catalán.
Pastor intervino antes que Mas y dejó una frase en el aire que para los presentes sonó a advertencia al líder nacionalista y al proceso soberanista. “La política es el arte de no decir nunca tonterías”, espetó mirando al presidente. Para aclarar, concretó qué significa a su entender el concepto tontería: “Aquello que dices y luego no haces, porque esto luego es lo que te conduce siempre a una situación bastante mala”. Ante los murmullos en la sala, que entendían las palabras como una advertencia a Mas, Pastor quiso matizar: “Lo digo sin mirar a nadie, con humildad y diciendo que esto es lo que hay que hacer”.
El Gobierno catalán parece no darse por aludido por la frase de Pastor. El Ejecutivo espera gestos del Gobierno en la carta que el presidente Mariano Rajoy debe enviar a Mas, en respuesta a la misiva que en verano escribió el presidente detallando su intención de convocar un referéndum. El Gobierno ve un cambio de actitud en el Ejecutivo, pero ayer Homs fue incapaz de concretar qué aspectos le provocan optimismo: “Son apreciaciones de carácter subjetivo, impresiones que resuenan, sensaciones a partir de comentarios... veremos como evoluciona”, dijo Homs. En Convergència hay el mismo sentimiento, como se encargó de subrayar el secretario de organización del partido, Josep Rull: “Empieza a haber la percepción que en Madrid ya piensan que esto va en serio. Alguien próximo al poder empieza a darse cuenta que esto se debe gestionar de alguna manera, que no es una gesticulación más”, desarrolló Rull en una entrevista en Catalunya Ràdio.
La intención del Gobierno de CiU es convencer al PP de la necesidad de permitir un referéndum. Por ello el Ejecutivo quiere aprovechar la cadena humana de la Diada para transmitir que la consulta es inevitable en Cataluña y que la única salida de Rajoy es dialogar.
El Ejecutivo desea el éxito de la Via Catalana pero se desmarca de su convocatoria. En los actos que organiza promete ser neutral. Homs presentó ayer el programa de la Diada y prometió seguir “la tradición” de los últimos años. La celebración del Parc de la Ciutadella continuará con el esquema de los últimos años y se convertirá en una reivindicación de la lengua catalana y homenaje a algunos de sus exponentes, como Salvador Espriu. El consejero pidió a los partidos que aprovechen la conmemoración para dar una imagen de unidad: “Estamos en un tiempo que nos exige suma”, apostilló.
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