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la lidia en el país vasco

Dulce toque de atención a Vista Alegre

El buen resultado artístico no esconde el descenso de espectadores La brecha entre aficionados y organización obliga a modernizar el espectáculo

El Juli cortó dos orejas en la segunda corrida de Bilbao
El Juli cortó dos orejas en la segunda corrida de BilbaoFERNANDO DOMINGO-ALDAMA

La desaparición de los toros en San Sebastián, el hundimiento de la feria de Vitoria y la caída de público en las Corridas Generales de Bilbao sitúan en el epicentro del debate el futuro de este espectáculo en el País Vasco. En el análisis, donde no se oculta un interés político, la capital vizcaína, por su reconocida referencia estatal, acapara todas las miradas de aficionados y críticos, conscientes todos ellos de que su viabilidad es clave para el futuro de este sector. La pasada feria bilbaína presentó los dos ejes para el debate.

Si por un lado se vivió una de las mejores ediciones de los últimos años en el ruedo, con un buen resultado artístico, la cruz ha sido el descenso de público en los tendidos y, sobre todo, la falta de apego de buena parte de los aficionados por el ciclo bilbaíno. “Hay que seguir buscando nuevas medidas para atraer al público, algo que este año ya hemos empezado a realizar, con una buena respuesta del tendido para jóvenes”, señala Juan Manuel Delgado, miembro de la Comisión taurina de la Junta Administrativa de Vista Alegre. Pese a la caída de público, los rectores de la plaza están satisfechos con el balance económico. “Se han vendido menos abonos y la mayoría han sido de empresas; algo que teníamos previsto y que esperamos que a partir de 2014 vuelva a recuperarse”, afirmó Delgado, que estima cerrar un balance económico similar al de 2011.

El mano a mano

Los elevados precios de las entradas —muy superiores a otras plazas— tampoco ha ayudado a la respuesta del público, sobre todo en los tendidos de sol donde se han producido vacíos llamativos varios días. Sin embargo, el resultado dentro del ruedo es de las pocas cosas en las que coinciden organizadores y aficionados. Todos los días, salvo el mano a mano entre Juli y Manzanares, dejaron momentos importantes con grandes faenas desde la apertura de Hermoso de Mendoza hasta el cierre de Diego Urdiales, pasando por la puerta grande de El Juli, los triunfos de Ponce, Fandiño y Perera, sin olvidar la irrupción de Escribano o Aguilar.

Lo más destacado es que en el plano ganadero todas las divisas, salvo El Pilar, la triunfadora de la anterior edición, permitieron el lucimiento de los espadas. Y sin embargo ¿por qué los aficionados bilbaínos no se encuentran satisfechos con la semana de toros que han vivido en Vista Alegre? Esta cuestión es la que enciende las alarmas taurinas de Bilbao y sólo se explica por un desapego entre aficionados y organización. De otra forma, no se puede entender el pesimismo con que se analiza la feria desde diferentes círculos taurinos ni que muchos aficionados opten por no ocupar su asiento en Vista Alegre. El distanciamiento entre afición y plaza viene de lejos, desde que el aficionado ha dejado de sentirse escuchado por la organización y ha visto disminuir el número de festejos durante —desaparición de novilladas fuera de feria o la no celebración de la corrida de junio—.

No hay relación entre el Club Cocherito y la plaza
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El pequeño universo taurino de Bilbao refleja una fractura importante y por ahí se pueden escapar muchas ilusiones de futuro. Por ejemplo, la relación entre el Club Cocherito, principal asociación con más de un millar de asociados, y la Junta Administrativa de la plaza es inexistente. Rencillas que son el peor tratamiento cuando arrecian los ataques hacia la permanencia de la fiesta. Amenazados por la interesada ignorancia de ciertos políticos, incomodados por los organizados antitaurinos, y en plena crisis económica, la desunión de los aficionados no es el mejor argumento para impulsar uno de los espectáculos que más público y más rentabilidad económica proporciona cada año en la Semana Grande. Desde la organización ya han empezado a trabajar en la creación de un tendido joven con entradas a 15 euros o actividades como la clase de toreo impartida por Juan José Padilla. A su vez, piensan en recuperar festejos tradicionales como vaquillas o sokamuturras —en San Sebastián no han dudado en suprimirlas también— que atraigan nuevas caras a Vista Alegre.

Con todo, desde la afición se pretende un vuelco de la situación actual; acciones que posibiliten que la voz de los taurinos de Bilbao se escuche y se tenga en cuenta en cada una de las decisiones de la Junta Administrativa de Vista Alegre, consciente de que ha recibido un toque de atención que no es nuevo, pero sí resulta significativo. Entre los aficionados se apela a una urgente modernización del espectáculo de los toros, pero que no solo se queda en Bilbao sino en toda España. Es ahí donde coinciden en apostar por una mejora en sus estructuras, que deben acercarse mucho más al modelo francés de participación popular.

Los resultados de la

Esta propuesta podría chocar con la idiosincrasia de la feria bilbaína donde sus resultados tienen una proyección benéfica en ayuda a la Casa de Misericordia. Supone buena parte de su razón de ser y abriría un fuerte debate. Mientras se resuelve el tema de los precios y de los incentivos para el público, todavía quedaría por solventar la asignatura pendiente de sacar a la calle la fiesta de los toros, incorporando los efectos de un marketing más actual que permita no seguir basando el efecto llamada en los carteles y la taquilla. Vaya, incorporar la fiesta al siglo XXI conscientes de la actual situación económica.

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