Angrois tendrá su parque
Adif cede 3.200 metros para construir una zona de ocio junto a las vías donde descarriló el Alvia
Los vecinos de Angrois tendrán por fin un lugar seguro donde celebrar sus fiestas. La localidad carece de zonas recreativas para los niños desde que hace nueve años un tren atropelló a una niña y Renfe, como consecuencia, retiró el único parque infantil porque estaba demasiado cerca de las vías señalando que “no era lugar para niños”, según los vecinos. Ayer, la ministra de Fomento, Ana Pastor, confirmó en el palacio de Raxoi la cesión de terrenos por parte de Adif —alrededor de 3.200 metros cuadrados según los vecinos y 3.600 según la Administración—, destinados a construir una zona infantil, un centro sociocultural y un recinto para las fiestas. “Ha tenido que pasar el accidente, pero esto es bueno para el pueblo”, afirma Ramiro Louzao, un vecino de 60 años mientras camina por el puente sobre la famosa curva de A Grandeira con su perro y la ayuda de un bastón.
El terreno cedido, que está claramente delimitado con unas piedras sobre la arena donde se lee el nombre del ente público (Adif), está entre la vías del tren y la Rúa Limpadoiro, justo en el lado contrario al de la vía donde descarriló el Alvia Madrid-Ferrol el pasado 24 de julio dejando 79 fallecidos y más de un centenar de heridos. Un mes después, 12 personas siguen hospitalizadas, una de ellas en la unidad de críticos del hospital Clínico de Santiago.
Los vecinos recibieron ayer con alegría el anuncio ministerial, aunque muchos no saben cuál será su ubicación exacta. “Debe ser por aquí”, señala Andrés, un anciano ganadero de ese lado de la aldea. “Más allá no puede ser porque este terreno tiene dueño y yo le crío los caballos”, afirma. Evaristo, un granjero vecino de Angrois, planta patatas en una pequeña huerta entre las vías y el camino de Santiago, el de la Plata. “Este terreno de aquí es de Adif”, indica el agricultor señalando el campo de coles que linda con su propiedad. A él “por el momento”, no le van a quitar nada, comenta entre risas. Lorena Rial, vocal de 30 años en la Asociación de Vecinos de Angrois, se lamenta del accidente: “Fue horrible”, exclama, pero al tiempo se alegra por que al fin, tras años de súplicas al Ayuntamiento de Santiago, “los niños van a tener dónde jugar”. La mayoría de los vecinos tendrá que cruzar el puente sobre las vías pero no les importa. “Todo forma parte de Angrois”, señala Lorena. Ahora que los políticos se han puesto a cumplir con el barrio, los habitantes de la aldea recuedan que sigue faltando una marquesina para el autobús, “entre otras muchas necesidades”, matiza Lorena.
Pastor: “Mandaremos lo que pide el juez”
Nueve veces preguntó la prensa ayer a la ministra de Fomento, Ana Pastor, por la respuesta de su departamento al requerimiento del juez que instruye la causa y que en su último auto pidió identificar al responsable de seguridad del tramo Santiago-Ourense para imputarlo. “A lo largo de esta semana se están ultimando por los servicios jurídicos toda la documentación y toda esa documentación se va a remitir al juzgado como se ha venido haciendo hasta ahora a todos los requerimientos que ha hecho el juez de instrucción. Y todo ello, lógicamente, de acuerdo con lo que pide el señor juez”. Esa fue la respuesta que Pastor fue repitiendo una y otra vez a cada pregunta de los periodistas.
Cuando se le planteó la intención de Adif (ratificada a este diario) de enviar los nombres de los responsables de seguridad de la vía durante los últimos 14 años, la titular de Fomento corrigió a los responsables del administrador ferroviario y señaló: “La información que se remita será aquella que el juez de instrucción ha pedido. No es más ni es menos. Es esa información, la información que se ha requerido es la que se envía”.
El pasado 21 de agosto, tras conocerse la decisión del juez de imputar a los responsables de seguridad de Adif por entender que la falta de señales efectivas y de freno mecánico en el tramo puede constituir un delito de imprudencia, un portavoz del administrador ferroviario aseguró a este diario que remitirían un listado con los datos de los responsables de seguridad de los últimos 14 años al entender que en el diseño y explotación del tramo colaboraron muchas personas a lo largo de muchos años. “Estamos elaborando una relación prolija, exhaustiva que enviaremos al juez para que él decida a qué responsables llama como imputados, en función de las competencias que tengan o hayan tenido. Eso no significa en absoluto que no sepamos quién es el responsable de seguridad de la línea; claro que lo sabemos, pero no tenemos claro a quién quiere escuchar el juez”.
Para tramitar las reivindicaciones del barrio se constuituyó hace año y medio la asociación vecinal. Ayer, su presidente, Xosé Anxo Puga, el vicepresidente, Martín Rozas, y el secretario, Isidoro Castaño, se reunieron con Ana Pastor y el alcalde Ángel Currás para formalizar el acuerdo de cesión de los terrenos de Adif al Ayuntamiento de Santiago. “Es una vieja reclamación pero el accidente ha hecho que la tramitación se acelere”, declaró ayer el regidor aludiendo a las viejas peticiones de los vecinos. “Demandábamos el proyecto desde hace ya nueve años”, comenta Martín Rozas, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de Angrois desde la taberna del pueblo. “Ahora, después del accidente, nuestra demanda ha tenido más relevancia pero son muchos años de lucha”, remarca.
Lo que no ha logrado la pelea vecinal es que se detallen los plazos. El alcalde no los explicitó ayer y en el barrio cunde el deseo de estrenar el parque en las fiestas del próximo verano. Además de obras que llevaban una década esperando, el siniestro —y la encomiable respuesta del vecindario de Angrois— dejará en el lugar un reconocimiento para la historia: la orden al mérito civil. Lo anunció la propia Ana Pastor tras acordarlo con su colega Jose Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores. En la zona cero, mientras las flores empiezan a secarse y los peregrinos un mes después siguen deteniéndose a curiosear entre los mensajes de solidaridad con las víctimas, los niños juegan en la calle a la espera del centro de ocio. En el lugar donde aterrizó uno de los vagones, tres operarios con dos tractores aún intentan limpiar la zona.
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