“América es una bendición”

Un par de advertencias (“Nada de preguntas personales ni de temas de actualidad”) y tres personas después, Miguel Bosé da los buenos días al otro lado del auricular. Los diez minutos reservados para la entrevista empiezan a contar, aunque la sensación es que ya lo han hecho desde que descolgaron el teléfono en su oficina de representación. Todo el mundo tiene prisa, cada cual tendrá sus motivos particulares. Casi cuarenta años de carrera, una treintena de discos, giras mundiales, películas, premios… la velocidad parece inevitable para abarcar semejante magnitud.

 El cantante pisa el acelerador tras el saludo y recuerda que hay poco tiempo para hablar. La primera de las tres preguntas previstas sale disparada como un cohete. La gira “Papitwo”, una especie de a la carta para incondicionales de varias generaciones está a punto de terminar y Vilagarcía de Arousa, el próximo 11 de agosto (Recinto Exterior de Fexdega, 21.30 horas, 15 euros anticipada-20 en taquilla), es la penúltima parada, además de la única de Bosé en Galicia esta temporada. En otro agosto, el de 2007, se colapsaron las entradas de la autopista en la ciudad de Pontevedra, donde daba un concierto gratuito. Por su culpa, le recuerdo. “Son dos horas y veinte minutos de grandes éxitos”, apunta, y la frase suena un poco a desafío, a retar al público a volver a crear esa locura en torno a su figura para verle en ese lugar, el escenario, en el que el reloj, efectivamente, se estira. Y alarga también el anzuelo: “Tecnológicamente, este espectáculo es una pasada, las gráficas son innovadoras; como concepto, es el concierto más sólido que he hecho nunca, es una gozada”.

 Asegurado el karaoke que todos podrán seguir, América es el siguiente paso. Porque, como es sabido, Bosé vive en los aviones y con el otro pie al otro lado del océano. Costa Rica, Ecuador, Chile, México, Colombia y Perú fueron algunos de sus destinos desde que comenzó el año y ya tiene billete de vuelta para otoño. En noviembre, recogerá en Las Vegas el premio Persona del año 2013 de la Academia Latina de la Grabación, entidad organizadora de los Grammy latinos, “por construir marca en la música y la cultura”, expresa el comunicado. “Para quien tiene el mercado, América es la única salida porque en España todo está muerto y ya nada volverá a ser lo mismo. Allí doy en 95% de todos mis conciertos y es una bendición”, dice.

 Entre tanto, anda ya metido en preparar su nuevo disco. “Mañana empiezo a maquetar”. Sobre cómo podría sonar no suelta prenda. “Es que está en bolas… Hay algunas canciones candidatas, pero aún no tienen letras, hay que ver cómo van saliendo y, probablemente, haya que darles alguna que otra vuelta”. ¿Esperamos a Papithree? “No”, responde tajante. Ya al filo de que se pare el cronómetro, sale al aire la cuestión de qué más le queda por hacer. “Los proyectos van saliendo, van llegando”. Bueno, pues algo que sueñe realizar y que todavía, por increíble que parezca, no haya conseguido alcanzar en su profesión. “¿Que con qué sueño? Pues sueño con retirarme y dar la vuelta al mundo en un velero con mis hijos”, responde.