El conflicto laboral en el sector de ambulancias se extiende con nuevas acampadas y protestas
Los trabajadores tachan de “abusiva” y unilateral la rebaja salarial del 9,2%
La indignación cristalizó el sábado gracias al servicio de mensajería instantánea WhatsApp. Los trabajadores de la empresa Ambulancias Domingo, reunidos en un curso de formación, empezaron una ronda de mensajes para organizar una acampada en plena calle de Barcelona en protesta por la rebaja del 9,2% en su nómina de julio. La misma que han sufrido los 4.800 empleados del sector por decisión de la patronal y de manera indefinida. El sindicato USOC, uno de los tres mayoritarios, ha pedido que la protesta vaya pasando de base en base. Los empleados de la empresa TSC Ambulancias Condal han sido los primeros en unirse y ayer empezaron dos acampadas en las sedes de Viladencans y L’Hospitalet. Trabajadores de Egara se concentraron en Sabadell, mientras que hoy está prevista otra protesta en el hospital de El Vendrell.
“No aguantamos más”, resume una conductora de Ambulancias Domingo con cara de pocos amigos. Frente a la sede de la empresa, en la calle Pere IV, los trabajadores han plantado ocho tiendas de campaña. Una especie de espantapájaros vestido de técnico de ambulancias vigila la escena encaramado a un poste de electricidad, mientras que varios empleados recogen firmas. “¿Sabes la presión que sufrimos?”, pregunta uno de ellos.
El Tribunal Laboral de Cataluña ha convocado a las partes en septiembre
“Yo cobro 130 euros menos al mes”, se queja un conductor que lleva siete años en la empresa. Los cruasanes que sobraron del desayuno se calientan en una caja bajo un sol inclemente. Son las tres y es hora de salida para los trabajadores del turno de las seis y media de la mañana.
Los sindicatos denuncian que la patronal del sector —Asociación Catalana de Empresarios de Ambulancias, ACEA— ha aplicado una rebaja salarial “abusiva” y les ha trasladado a ellos por entero el recorte de tarifas que el Servicio Catalán de la Salud (CatSalut) ha aplicado a las empresas concesionarias (un 4,6%), con efectos retroactivos desde enero, por lo que la rebaja final es del 9,2%. “La patronal aplicó la rebaja de forma unilateral el 31 de julio tras convocarnos el día antes”, critica María José Molina, responsable de Sanidad de UGT. Este diario ha intentado recabar la versión de ACES sin obtener respuesta.
El recorte ha provocado tal revuelo que los sindicatos han denunciado el incumplimiento del convenio, que vence en diciembre de 2015, y han pedido la mediación del Tribunal Laboral, que ha convocado a las partes el 6 de septiembre. Si no hay progresos, llamarán a la huelga en los días posteriores.
Llueve sobre mojado. Los trabajadores denuncian que sus condiciones laborales ya eran malas antes de que les rebajasen el sueldo y que la calidad del servicio ha empeorado con los recortes. “Hacemos turnos de 12 horas y solo nos pagan diez horas y media”, explica Héctor Español, trabajador de Ambulancias Domingo y representante de UOSC. Critican que el material de trabajo es escaso y que el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) les presiona con los tiempos más allá de lo razonable. “No se presiona en los tiempos de llegada, pero sí se requiere que la puesta en marcha de la unidad sea rápida”, argumenta una portavoz del SEM. “Se les pide lo mismo que a nuestros propios trabajadores”, abunda.
Los representantes de los tres sindicatos mayoritarios —CCOO, UGT, USOC— se reúnen hoy para discutir los pasos a seguir. Algunos sindicalistas piden que se midan las fuerzas de cara a un mes de septiembre que puede ser muy caliente. “Es necesario que nos coordinemos”, afirma Venanci Garcia, responsable de Ambulancias de CC OO. Una de las ideas que se maneja es organizar una pitada el día 11 de septiembre, fecha de la Diada, en el Parlament.
Pero los ánimos están caldeados. Cinco vehículos han ardido en los últimos días tras ser incendiados de forma intencionada, lo que ha motivado que los Mossos d´Esquadra abran una investigación. Al menos otros tres han sufrido actos de sabotaje como la ruptura de las cerraduras o el pinchazo de los neumáticos. Los sindicatos no tardaron en desmarcarse de los hechos, pero nadie en el sector descarta que hechos como estos puedan repetirse.
