Ventura gana la partida en la fiesta final de rejones

Mansito de salida el primero, tuvo Andy Cartagena que emplearse a fondo para fijarlo en la grupa. Con el toro no muy por la labor, clavó un rejón y cambió enseguida a banderillas. No fue un tercio brillante, aunque los jugueteos previos llamaron la atención, pero logró clavar en buena colocación. Tuvo que llegarle mucho al toro para prender los palos. Alguna pasada en falso, un quiebro fallido y la ejecución a la grupa. Mérito en Cartagena ante toro que cada vez se empleaba menos. Tres cortas al violín y en carrusel levantaron la faena. Y un par a dos manos, llegando mucho, cerraron el primer capítulo. El rejonazo final, bajo y contrario, fue suficiente para que el toro rodara sin puntilla.

A los sones de Paquito el chocolatero Cartagena brindó en el tercero todo un espectáculo de doma. Fue en banderillas. Más preparación y puesta en escena que toreo en sí, ante toro que tampoco se empleó mucho. Parado el de Bohórquez, puso a prueba los recursos de un Cartagena que echó de imaginación para que la lidia no se desvaneciera. Jugueteos constantes, gestos cara al público y laboriosa brega para sacar al toro de las tablas a la hora de matar. Complicada situación que resolvió con brevedad.

Otra densa brega de Cartagena con el también parado quinto. Mas incoloro todo e irregular clavando. No se lo puso fácil del de Bohórquez, que se negó a colaborar. El par a dos manos, poniéndolo todo el torero, fue lo mejor logrado. El toro se amorcilló tras un rejonazo y Cartagena, pie a tierra, descabelló dos veces.

Muchos pies de salida en el segundo, hasta poner en aprieto a un peón de Ventura. Con Demonio por montura puso un rejón de castigo. Solo uno. En banderillas dos quiebros a tantos palos, a la grupa. Con el toro manteniendo el gas inicial, cambió de caballo para montar a Ordóñez. Una banderilla con espectacular cabriola de salida y ya a lomos de Remate tres rosas, de las que solo prendió dos en reunión ajustada. Con el toro ya más paradito, clavó Ventura un par a dos manos con las cortas, de buena ejecución y colocación. El certero rejón de muerte llevaba premio incluido.

Paradito de principio a fin el cuarto de la tarde. Poca entrega en ese toro. Ante ello, la táctica de Ventura fue hacer de todo ante la cara del de Bohórquez. Mucho número para la galería; poco toreo, en fin. Más espectáculo sin toro, que toreo. Con la gente a favor, brillaron las condiciones de doma montando a Cheque, Oro y Remate, sobre todo. Tres rosas para terminar el espectáculo, con repetidos cabezazos a la testuz del toro y el adorno del teléfono al salir de la suerte. La gente, enloquecida.

De lo mejor de la tarde, la salida del sexto y el toreo con la garrocha de Diego Ventura: espectacular. Salida fulgurante del toro, esperado en la misma puerta de toriles por Ventura. Dos vueltas completas al anillo y un demostración de temple en el mismo centro. Propuesta del torero y réplica del toro, en hermosa escena. La faena mantuvo su alto nivel inicial a lomos de Pegaso, con el que banderilleó. Una al quiebro resultó perfecta, con salida a doble vuelta de la cara del toro. Con Milagro la cosa subió de tono de forma imprevista al quedarse el toro casi bajo el estribo. Salvó el trance con un salto sobre la testuz y la banderilla en lo alto. A lomos de Morante cerró el tercio con el numerito del mordisco, o intento, del caballo al toro. Tres pinchazos desde el caballo y un descabello, pie a tierra, acabaron con el festín.