Un niño, herido grave tras recibir un disparo mientras jugaba en San Blas

Un niño de 11 años, de nombre Pablo, se recupera en el hospital Ramón y Cajal tras haber recibido el pasado martes un disparo en pecho mientras jugaba al fútbol en el distrito de San Blas. El niño pensó que se trataba de una broma o de un juego de simulación de guerra lo que le manchó la camiseta. Sin embargo, ya en casa, su padre se dio cuenta de que tenía un boquete en el pecho. La policía ha abierto a una investigación para detener al autor del tiro.

Los hechos ocurrieron el pasado martes, cuando el pequeño bajó a las 20.30 con un amigo suyo de nueve años a jugar al balón en la calle de la Virgen de la Oliva, en el barrio de Simancas. Los dos pequeños aprovecharon que ya hacía menos calor. De repente, oyeron una detonación y Pablo sintió una especie de golpe en el pecho. No le dio mayor importancia hasta que se miró la camiseta y vio que estaba manchada.

Subió a casa y pensó que se trataba de alguien que le había disparado con una escopeta de pintball (un juego que consiste en manchar a los oponentes con balas de pintura). Sin embargo, de repente se empezó a sentir cada vez peor. Lo que parecía ser un colorante era realmente sangre.

Su padre le levantó la camiseta y se percató de que tenía un boquete en el pecho. Avisaron a los servicios de emergencia. Acudió a su domicilio una patrulla de la Policía Municipal, que redactó un pequeño informe de lo ocurrido.

El pequeño fue trasladado al servicio de urgencias del hospital Ramón y Cajal, donde le apreciaron una herida por arma de fuego de unos seis milímetros que le causó un gran desgarro interno. Además estuvo a punto de seccionarle la arteria aorta (una de las principales del cuerpo humano), lo que le podría haber provocado la muerte prácticamente en el acto. “Tiene el proyectil alojado en el pulmón y le han tenido que poner un drenaje porque había un derrame de sangre muy importante dentro de la pleura”, explicó su padre a este periódico.

Pablo ha permanecido en la unidad de cuidados intensivos (UCI) hasta este pasado fin de semana hasta que ha sido trasladado a planta. Su estado ha sido bastante grave, ya que los facultativos no sabían si tendrían que operarle de urgencia o no. Ahora están valorando si le extraen o no el proyectil dada la ubicación en la que se encuentra.

El enfado de la familia es muy alto. Aseguran que no es el primer caso que se produce en el barrio. Eso sí, hasta la fecha solo se había tenido noticias de que los ataques se habían producido con perdigones, lo que causa heridas de mucha menor gravedad. “No sabemos si alguien estaba jugando o haciendo una competición o simplemente quería hacer daño sin más. Desde luego, lo que está muy claro es que mi hijo ha estado a punto de morir por alguna gamberrada o por algún indiseable que se dedica a disparar al primero que pasa”, se quejaba el padre. Este aseguraba que la noticia ha corrido todo el barrio y que muchos chavales no quieren bajar a la calle a jugar hasta que no haya detenidos por este hecho.

“Hay cierta psicosis porque la cosa va en serio”, añade el progenitor. Este afirma que ha pedido una reunión en la Delegación del Gobierno en Madrid para tratar el ataque a su hijo con sus responsables.

Fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid explicaron ayer que el Grupo de Policía Judicial de la comisaría de San Blas ha abierto una investigación para identificar y arrestar al autor. Entre otros docuementos, disponen del parte médico, en el que se recoge que la herida se produjo por “un cuerpo extraño con la misma densidad que el metal”. Hasta el momento no hay detenidos por este caso.