_
_
_
_
BILBAO

Nuevas tecnologías para todas las edades

Los mayores de la Casa de la Misericordia visitan la feria de informática Euskal Encounter

Ángel, residente en la Casa de la Misericordia, después de su viaje en una montaña rusa virtual
Ángel, residente en la Casa de la Misericordia, después de su viaje en una montaña rusa virtualL.R.

El programa de "realidad aumentada", como lo llaman sus creadores del laboratorio de ideas Bilbao Makers, sube al espectador a una montaña rusa que atraviesa un pueblo medieval con castillo. Al girar la cabeza, Ángel exclama: "¡Qué profundo!". Sentado en el carruaje de la atracción virtual, uno ve lo que supuestamente tiene a los lados y por debajo: un pueblo, el mar, el patio del castillo. "Me recuerda al Monte Igueldo", el parque de atracciones de San Sebastián. "Como ya había montado, no me ha dado mucha sensación, pero parecía que te ibas a marear cuando iba subiendo", explica, aún con la sonrisa en la cara.

Con algo de retraso por fallos de coordinación, durante una hora los visitantes se han paseado entre los gamers (apasionados de los videojuegos) que se afanaban en sus pantallas y han recibido una charla explicativa, antes de ver demostraciones prácticas de los avances electrónicos expuestos en la feria.

Las nuevas tecnologías siempre son parte del programa en cualquier evento de informática, donde el perfil del asistente medio es joven. Este año las estrellas son las impresoras 3D, expuestas por distintos colectivos en al menos dos puntos del recinto ferial, como les ha explicado a los visitantes Iñaki Lázaro, de la asociación Internet Euskadi, una de las organizaciones colaboradoras. Estas máquinas que están gozando ahora de una explosión de popularidad fabrican objetos mediante la superposición repetida de capas del material utilizado, normalmente plástico. La novedad no es el invento en sí, sino que este método de fabricación industrial sea cada vez más accesible al público. 

"Me voy a fabricar un móvil que funcione sin batería", bromea Vicente

"Mañana me fabrico un teléfono móvil que no funcione a pilas y que no esté abonado a ninguna compañía", bromea Vicente Porto, de 72 años. A este fotógrafo la feria de informática, con sus miles de asistentes en filas conectados al ordenador, le recuerda a la vista desde arriba de los guerreros chinos de terracotahallados en la tumba del primer emperador Qin Shihuang. Vicente ahora se dedica a "hacer sonreír" a sus compañeros de residencia: organiza noches de cine y música todas las semanas con los trabajadores y otros compañeros. Utiliza Internet para mirar el correo electrónico, como Ángel, y para enviar vídeos a sus amigos: "He mandado ya 65 obras de teatro grabadas para la televisión, como el Lazarillo de Tormes y la Casa de Bernarda Alba", explica satisfecho.

En la Casa de la Misericordia habitan 220 residentes, aunque tienen más plazas disponibles, y cuentan con 170 trabajadores. Es la residencia de este tipo más antigua de Bilbao, explica Belén González, la psicóloga del centro que ha organizado la visita. Esta institución sin ánimo de lucro acoge exclusivamente a ancianos desde los años ochenta y recibe apoyo del club privado Rotary en Bilbao.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Sor Gloria luce un pelo negro y rizado admirable a sus 76 años. Está comiéndose unas palomitas que ofrecen en un puesto promocional a cambio de bajarse una aplicación de móvil. Con una sonrisa dulce, antes de subirse al microbús que la llevará de vuelta a casa, dice que la feria le ha parecido "increíble". 

Sentados de izquierda a derecha: Nicolás, Vicente y Ángel.
Sentados de izquierda a derecha: Nicolás, Vicente y Ángel.L.R.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_