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Te cambio tu móvil por una planta

En los quioscos de Móstoles realizarán este trueque de reciclaje hasta que se les acaben las existencias

No importa la marca o el año, ni si tiene cámara o pantalla táctil, lo fundamental es que esté en desuso y el dueño se quiera deshacer de él. Desde ayer y hasta acabar existencias, en los quioscos de prensa de Móstoles cambian los teléfonos móviles viejos por pequeñas plantas naturales.

 Los móviles son depositados en pequeños contenedores de cartón —de color verde fluorescente, que sobresale entre las cientos de palabras y fotografías de revistas y diarios— que fueron entregados el jueves a los dueños de los puestos, junto con las plantas.

Desde febrero de 2012, el proyecto Quiosco Verde ha instalado esos contenedores en casi 5.000 puestos de prensa de toda España, pero es la primera vez que regalaran las plantas por los teléfonos, aunque la idea del trueque fue de la Asociación de Vendedores de Prensa de la Comunidad de Madrid (Avecoma), que aglutina a quiosqueros de Móstoles, Fuenlabrada y pueblos del llamado Corredor de Henares.

Juan Miguel Rodríguez, propietario de un quiosco frente al número 52 de la avenida de la Constitución, cree que las plantas han llamado la atención de sus clientes, aunque ninguno se había acercado a cambiar sus teléfonos. “Primero nos trajeron cinco plantas, pero luego vinieron con más. Al parecer les sobró de otros sitios”, añade el quiosquero, cuyo local fue utilizado por las autoridades del Ayuntamiento, de Avecoma y del proyecto quiosco verde para inaugurar la iniciativa.

En Móstoles hay 30 quioscos de prensa, que según Rafael Artacho, presidente de Avecoma, no eran parte del proyecto, por lo que espera que la iniciativa tenga una buena acogida entre sus asociados. Aunque ya algunos quiosqueros le ven un pequeño inconveniente a tener la caja: dónde ponerla.

“Las plantas no son problemas porque a los primeros que vengan se las doy, pero la caja dónde la pongo. No la puedo tener sobre los diarios o las revistas, o acá en la ventanilla porque me quita visibilidad. Tengo que hallarle sitio, por lo pronto la tengo en el suelo”, afirma Olga, la dependienta de un quiosco, que no quiso dar su nombre para evitar represalias del dueño.

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Para Lola Riazor Vilches, directora de quiosco verde, la importancia de la iniciativa no es concienciar a los ciudadanos, sino involucrar a los quiosqueros da forma activa. “De los miles de quioscos, en donde hemos entregado las cajas, los realmente activos son 1.100”, añade.

Riazor afirma que, en España, anualmente se desechan unos 20 millones de teléfonos móviles, de los que muy pocos son reciclados y al final terminan olvidados en cajones del hogar o en vertederos, donde el agua y el sol acelera su proceso de degradación y liberan en el ambiente plásticos —que tardan miles de años en desintegrarse— y metales tóxicos como arsénico, antimonio, berilio, cadmio, plomo, níquel y zinc.

Los teléfonos en buen estado son enviados a países del tercer mundo para ser reutilizado, mientras los dañados se mandan a una planta de reciclaje, según Riazor. Las ganancias de esto se donan a la fundación Vicente Ferrer, que trabaja proyectos de igualdad de género.

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