El Consell no quiere poseer clubes de fútbol que avaló y no pagan
El consejero de Economía, Máximo Buch, espera que el Valencia CF pueda liquidar sus deudas
La Generalitat “no tiene intención de convertirse en propietaria de ninguna institución deportiva”, dijo este jueves el consejero de Economía, Industria, Turismo y Empleo, Máximo Buch, en una comisión de las Cortes Valencianas. Pero ha hecho todo lo posible para conseguirlo. Como destacó la oposición, el riesgo vivo de los avales concedidos a los clubes de fútbol valencianos en 2009 y 2010 alcanza los 118 millones de euros.
En la práctica, la Generalitat controla el Valencia CF, decide si le parecen aceptables o no las ofertas sobre el Elche CF, recién ascendido a Primera División, y reclama, en un concurso de acreedores, sus intereses sobre el Hércules de Alicante. Solo el Levante UD se ha librado de comprometer al contribuyente en hacer frente a sus deudas.
Buch dijo que el Consell no dará “ni un duro más” a la Fundación del Valencia, propietaria mayoritaria del club, a la que avaló en 81 millones de euros. Un aval provisionalmente anulado por los tribunales que el propio consejero asumió implícitamente que acabará revirtiendo de nuevo sobre la Administración autonómica si prospera el recurso interpuesto por Bankia.
“Dar una oportunidad” a que la Fundación del Valencia devuelva los 4,9 millones de intereses del préstamo que la Generalitat se vio obligada a pagar y esperar a que se extingan las obligaciones de avalista sin desembolsar nuevas cantidades fue la expectativa que ofreció Buch a los parlamentarios de la oposición, a los que pidió un debate “sosegado” y ante los que argumentó que los avales se produjeron en “otros tiempos” para añadir que hoy serían imposibles “porque no hay recursos para dar avales por ese montante”.
El problema, como destacó la oposición, es que los compromisos se adquirieron en la época de bonanza, bajo la presidencia de Francisco Camps, pero pasan factura precisamente ahora. “Ustedes han llevado a los clubes de fútbol prácticamente a la ruina”, le acusó el socialista Rafael Rubio, que advirtió de que el aval del Instituto Valenciano de Finanzas al Valencia, sin los informes preceptivos, fue “una prevaricación como un piano”.
Rubio atribuyó al Consell el propósito de “instrumentalizar los clubes al servicio de los intereses del PP” y atribuyó a “los sueños de grandeza del anterior presidente de la Generalitat y a las barbaridades de la alcaldesa de Valencia” lo sucedido.
Mireia Mollà, de la Coalició Compromís, recriminó a Buch que la sentencia que ha declarado nulo el aval de la Generalitat al Valencia “determina que no era legal”, y no si eran o no “otros tiempos”, y añadió que “jamás le fiaría al señor Ortiz ni un pelo de la cabeza”, en referencia al propietario del Hércules de Alicante.
Lluís Torró, de Esquerra Unida del País Valencià, señaló que “la entidades deportivas siempre han tenido problemas”, lo que invita a que sean sostenidas por los propios socios, y pidió al PP y al Consell “un poco de autocrítica”.
El consejero de Economía, que argumentó que los equipos de fútbol de primera aportan un valor a la promoción turística y la imagen de la Comunidad Valenciana, cifró los objetivos del Gobierno que preside Alberto Fabra en dos aspectos: recuperar lo que ha pagado y que los avales se vayan extinguiendo, en primer lugar, y “que eso ocurra, a ser posible, con la supervivencia de los clubes”, en segundo lugar.
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