Por una juventud sin armarios
La marcha de LGTB reclama el derecho de los jóvenes a vivir libremente la diversidad sexual
“Me cogieron entre tres personas, y me pusieron en medio del vestuario. Algunos chicos de clase me empezaron a orinar encima llamándome ‘mariposo’ mientras se reían. El profesor entró, vio lo que estaba pasando y se fue. A raíz de ese hecho me intenté suicidar”. Con este testimonio de un chico de 16 años arrancó el manifiesto que ayer se leyó al terminar la manifestación del Orgullo LGTB 2013, que este año lleva como lema Jóvenes sin armario. Con esta frase los colectivos quieren reivindicar los derechos de la juventud y de su libertad sexual, sin tener que pensar en el miedo y la discriminación que en muchos casos conlleva salir del armario.
“Hemos elegido este lema porque, según un informe sobre acoso escolar homofóbico, un 60% de chavales sufre acoso en las aulas por su orientación sexual, un 43% piensa alguna vez en suicidarse y un 17% lo ha intentado alguna vez”, aseguró el coordinador general del Orgullo, Juan Carlos Alonso. “Quizás no sucede en Madrid, en Barcelona o en Valencia, pero si en muchos pueblos más pequeños. Nosotros defendemos que no tengan miedo ni se sientan diferentes”, explicó.
Con una gran pancarta en la que se leía Jóvenes sin armario y con unos cuarenta minutos de retraso, la manifestación salió del Paseo de la Infanta Isabel, cambiando así, por primera vez en la historia, el recorrido de la marcha: desde Atocha a Alcalá sin pasar por la Gran Vía. A golpe de batucada, los diferentes colectivos se manifestaron con cánticos como “no es orgullo gay, es LGTB” o “todos somos iguales”, aunque sobre las reivindicaciones predominaban música y bailes.
Pablo López y Rubén Gañán, de 30 y 32 años, lamentaron que la manifestación sea vista como un desfile. “La gente mira mientras nosotros pasamos por un pasillito, como si esto fuese la cabalgata de los Reyes Magos. Imagínate hacer eso en una huelga general. Es impensable”, dicen, pero al menos, les da visibilidad, dicen.
Ronny de la Cruz, vicepresidente de COGAM, hizo hincapié precisamente en ese aspecto y recordó que era mucha más que una fiesta. “Es luchar por nuestros derechos y por los de la juventud, sobre todo este año”, añadió este chico de 24 años, que reconoció que sufrió acoso en el instituto cuando descubrieron que era homosexual. “Nunca me agredieron, pero fui blanco de insultos y bromas pesadas”, aseguró. De la Cruz añadió que, según un estudio que están realizando desde COGAM en la Comunidad de Madrid, el 80% de chavales homosexuales de entre 12 y 17 años no ha salido del armario y del 20% que lo ha hecho, un 10% sufre acoso escolar. “Hay que ponerle remedio a este drama”, reflexionó De la Cruz antes de volver a ponerse en marcha.
A pesar de la seriedad de las reivindicaciones y del calor insoportable en la ciudad, el ambiente era festivo. Los asistentes bailaban y se refrescaban con pistolas de agua al ritmo de los tambores y de la música que salía de las 21 carrozas que desfilaron por el Paseo del Prado.
Las asociaciones COGAM y FELTGB fueron las encargadas de dar comienzo a la manifestación, acto central del Orgullo, con sus presidentas, Esperanza Montero y Boti G. Rodrigo, al frente. También se pudo ver en la cabecera al presidente del Consejo de la Juventud de España, Ricardo Ibarra, a los representantes sindicales de UGT y CC OO y a representantes del PSOE, de IU y de Equo.
Fiesta arcoiris
Tras ellos salieron las demás pancartas y las carrozas, consideradas tanto por los espectadores como por los participantes como la parte más vistosa y más divertida de la manifestación, en la que siempre se ve la diversidad y el colorido de la fiesta arcoiris.
“Frente a los recortes, jóvenes LGTB en lucha”, rezaba uno de los carteles. Y es que este año, también han sufrido los recortes. “A pesar del ajuste presupuestario de un 30% menos, el evento está teniendo el mismo éxito. Lo demuestra la asistencia, que sigue en torno al 1,2 millones de personas de todo el mundo”, puntualizó el coordinador general del Orgullo.
Los colectivos quisieron incluir en su protesta la defensa de una sanidad pública, universal y gratuita. Por eso, durante la manifestación, los asistentes hicieron una parada frente al Ministerio de Sanidad, Asuntos Sociales e Igualdad. Allí, sobre un manto de siete colores, se desnudaron dejando ver la ropa interior de color rojo como denuncia, según los colectivos COGAM y FELTGB, por la desprotección que sufre la sociedad con las nuevas medidas, “tanto ideológicas como económicas”, del Gobierno en el ámbito de la salud.
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