Personal de confianza de la Xunta publicita desde su puesto sus negocios
Los sindicatos piden el cese altos funcionarios que promocionan sus clases en una academia El Gobierno gallego no lo ve punible
Al menos un cargo de confianza nombrado a dedo por el Gobierno gallego, el subdirector xeral del Tesoro, Eusebio Martínez, aprovechó recursos de la Administración autonómica para publicitarse a sí mismo y a otro compañero, el interventor de la Consellería de Medio Ambiente, Emilio Escuredo, como profesores en una academia privada que ayuda a preparar oposiciones. Así lo han denunciado los cuatro sindicatos presentes en la Junta de Personal de los servicios centrales de la Xunta una vez que el Gobierno gallego les ha contestado que no sancionará dicho comportamiento.
El pasado 29 de febrero, según relatan los sindicatos, “varios empleados de la Xunta recibieron en su dirección de correo institucional” un mensaje en el que se les informaba de que los citados altos funcionarios iban a ofrecer un curso privado de preparación para unas pruebas de promoción interna de trabajadores públicos. “Los coordinadores somos yo mismo, Eusebio Martínez, Subdirector del Tesoro (que me ocuparé de las clases de financiera) y Emilio Escuredo, Interventor de CMATI (que se encargará de las clases de contratos)”, indicaba el correo, en el que se adjuntaba publicidad de una academia privada y se detallaba que las clases se celebrarían todos los miércoles durante cuatro horas con un coste mensual de 120 euros.
Aunque los correos se enviaron desde una cuenta privada ajena a la Xunta, se dirigieron a las direcciones corporativas de los empleados públicos, que solo se pueden conocer si se accede a una base de datos interna de la Administración. Ante la denuncia de los sindicatos, la Consellería de Facenda pidió explicaciones a los implicados, que aseguraron que no emplearon dicha base de datos autonómica. Argumentaron que intentaron adivinar las direcciones de los posibles interesados a partir de sus nombres para enviarles sus mensajes, “muchos de los cuales fueron rechazados por erróneos”, explicación que la Xunta admitió pero que no convence a los sindicatos.
Lo que sí es seguro es que los implicados emplearon parte de su horario laboral para gestionar su negocio privado. Los sindicatos revelan que cuando supieron de la existencia del correo electrónico publicitario lo contestaron pidiendo más información sobre los cursos a las 10,40 horas y que recibieron respuesta el mismo día a las 14,21 horas, dentro de la jornada laboral. Los propios implicados, en las explicaciones que dieron a Facenda, reconocen que de forma “ocasional” atendieron a alguna llamada o respondieron a algún correo durante su horario laboral.
Sobre su presentación como altos funcionarios de la Xunta, los implicados argumentaron que solo pretendían presentarse como “personas con la suficiente cualificación” para impartir las clases y que “en ningún momento se pretende utilizar el cargo institucional como medio de promoción”. Por último, en su descargo argumentaron que “la inmensa mayoría de las personas contactadas nos agradecieron la información” y pidieron disculpas por “las molestias de todo tipo que hayamos podido ocasionar”. Tras analizar estas explicaciones, la Consellería de Facenda contestó a los sindicatos el pasado 26 de junio que “no existen indicios de la comisión de una falta disciplinaria por parte de los funcionarios afectados, ya que la conducta denunciada no aparece tipificada como tal en la normativa aplicable, por lo que no procede la incoación de un procedimiento sancionador”. Esto es, Facenda no solo no sanciona a los implicados sino que considera que el comportamiento denunciado por los sindicatos ni siquiera le ofrece “indicios” para comenzar a investigarlos. Los sindicatos, sin embargo, consideran punible el uso de medios públicos y horario laboral, así como de su cargo como “gancho”. Pero al margen de que el comportamiento sea o no castigado, sentencian que “no cabe duda ya respecto a la falta de ética y de respeto institucional en el cargo ostentado”.
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