_
_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Llora con motivo

¡Serán quejicas! De los separatistas catalanes y vascos cabe esperar cualquier cosa, pero de los valencianos…

Cada vez que asisto, estupefacto, a la manera de educar a sus hijos —es un decir— que tienen algunas parejas de hoy en día, se me viene a la memoria una frase lapidaria que, acompañada de algún que otro cachete, te soltaban tus mayores cuando empezabas a ponerte pesado o cuando no querías comer o, simplemente, cuando reclamabas gimoteando que te dejasen quedarte levantado un rato más: llora con motivo. Los pedagogos modernos sin duda se horrorizarán: aquellos bárbaros progenitores de entonces no solo aplicaban castigos físicos al tierno infante, sino que encima se le pitorreaban poniéndole la venda antes de la herida. Ahora el hijo los habría denunciado por bullying y se les habría caído el pelo; incluso se les habría quedado mirando con sorna espetándoles un displicente “quiere decir acoso”. Para que luego te gastes una pasta en mandarlos a Irlanda a aprender inglés. Reconozcamos, sin embargo, que más de una vez hemos paladeado mentalmente el placer de darle un buen coscorrón al niño impertinente de la mesa de al lado cuando nos está salpicando con el ketchup en la hamburguesería y sus padres se limitan a decirle, en el mejor de los casos, “¿no ves que molestas a ese señor?”. Pero lo que más placer nos produce no es la venganza, sino el “¡llora con motivo!” con el que podríamos haberla acompañado.

Algo de esto deben de estar experimentando Rajoy, su gobierno, los tertulianos de las cadenas del carajillo party y en general el establishment de la capital. ¡Ya está bien de llorar con el cuento de la autonomía! Les hemos dado transferencias, todas las que nos han pedido, sanidad, educación, policía, y siempre están insatisfechos. Concedes un estatuto para que hagan lo que quieran y les parece poco. Mandas a la reina y la silban. Les demuestras, con los números en la mano, que los que más contribuyen a la solidaridad son los súbditos de la autonomía del chotís, y se te suben a las barbas con el hashtag ese de #Españanosroba. Les haces un tren para chuparse los dedos, un AVE que nos permite llegar a las playas de Levante en un santiamén, y te salen con la vieja muletilla de la estructura radial y de que la Comunidad Valenciana es la peor financiada de todas las autonomías. ¡Serán quejicas! De los separatistas catalanes y vascos cabe esperar cualquier cosa, pero de los valencianos… Encima que han derrochado a manos llenas y no como nosotros que, euro que entraba, euro que guardábamos en Suiza. Cría cuervos. Pero se acabó. Hasta ahora los habíamos defendido en Bruselas y habíamos dado la cara por ellos. A partir de este momento van a saber lo que es recortar, que nosotros ya dimos ejemplo con lo de la cría caballar. ¿Académicos?: tonterías, ahora que lo del valenciano vuelve a ser un problema de orden público, podríamos encargar de la ortografía, de paso que vigilan la zona azul, a los guardias de la porra. ¿Controladores?: con media docena entre Manises y L’Altet van que se matan, total casi todos los vuelos tienen que pasar por Madrid. ¿Aire acondicionado?: les vamos a poner un nuevo impuesto, pero, eso sí, equitativo, pagarán lo que gasten, ya vivan en Xàtiva o en Soria. ¿Entidades bancarias?: rebautizaremos Bankia como Caja Madrid para que quede claro que el malo de la película fue su birria de Bancaja. Ah, y como los Fabra, Puig, Sanz, Morera y demás cofradía logren ponerse de acuerdo milagrosamente para plantarnos cara, les quitamos otro tren regional y a callar: ¡llora con motivo!.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_