Desde Boiro con amor
Triángulo de Amor Bizarro publican “Victoria Mística”, su tercer disco
Pudiera ser que poco más hubiese que decir después de gritar “¡Guillotina!”, que es como se abre el tercer disco de los coruñeses Triángulo de Amor Bizarro, en la calle desde esta semana. Lo cierto es que, con el corte inaugural “Robo tu tiempo”, los nueve temas que contiene Victoria Mística (Mushroom Pillow, 2013) constituyen un discurso que transparenta el estado de forma del cuarteto. Su sonido, a caballo entre el noise y el pop, de cuchillos afilados y palabras incómodas comparece ahora con el brillo que consigue quien se ha tomado la molestia de pulir las aristas, a conciencia.
“El primer disco fue aprenderlo todo y el segundo, algo rápido para que no nos explotase la cabeza con el resacón. En este sí que buscamos y pensamos dónde queríamos ir, redondear más las canciones y llegar a algunos sitios que intuíamos en los trabajos anteriores”, explica por teléfono Isabel Cea, voz y bajista. Que ninguna canción se parezca a otra es casi en lo que más coinciden los tres trabajos de esta banda encumbrada por cierta prensa especializada y muy alabada por algunos capitanes influyentes de la escena independiente, como J, de Los Planetas. También hay que atribuirles una muy notable intervención en el afloramiento de otros grupos gallegos nacidos en el subsuelo, portavoces de la rabia como Unicornibot o Fantasmage, tan interesantes como raros, inconfundibles, inclasificables y casi salvajes en sus expresiones, únicamente gobernadas por la voluntad férrea e inquebrantable de hacer en cada momento lo que les da la gana.
De ahí descargas vibrantes como “Lo Hispano Marcha-La Banca Paga” o “Ellas se burlaron de mi magia”, y caramelos de dulzura engañosa como “Un rayo de sol”, o como decir vamos a pudrirnos en la misma fosa común con una sonrisa. “Nos dejamos llevar para cubrir todas las necesidades que tenemos”. A continuación, no cabía otra pregunta más que el grado de satisfacción: “Cuando no te comprometes con nadie el mundo es muy complicado y cabe la posibilidad de que te vayas solo para casa, pero ese punto de sinceridad es lo que nos distingue de la música de marca blanca. Desde lo salvaje, lo delicado o lo matemático, desde donde sea, los grupos que nos gustan son los que aportan esa verdad, la suya, que hace posible conectar y que nos enseñan algo”.
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