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Preguntas y respuestas de la crisis egipcia

El deterioro de la economía y la inestabilidad de la democracia son las principales críticas Las Fuerzas Armadas dan un ultimátum al Gobierno, que lo rechaza

Cientos de miles de personas se han lanzado a la simbólica plaza Tahrir, en El Cairo, y a las calles de otras ciudades de Egipto a protestar este domingo, en el primer aniversario de la llegada al poder del primer presidente elegido democráticamente en la historia del país, Mohamed Morsi,. Los manifestantes denuncian la incapacidad del presidente para liderar el proceso de transición que se abrió hace dos años y medio, con las revueltas que acabaron con los 30 años del régimen dictatorial de Hosni Mubarak.

Frente a las protestas masivas, las Fuerzas Armadas han amenazado con intervenir. El lunes le dieron al Gobierno un ultimátum de 48 horas, que vence este miércoles a las cinco de la tarde, para que asuman su responsabilidad y cumplan las demandas de la oposición. Morsi reaccionó la noche del martes. En un discurso televisado, dijo que la búsqueda de consenso no ha funcionado y que está dispuesto a derramar su sangre para defender su legitimidad. El Ejército emitió horas después en Facebook un comunicado de respuesta que decía que también darán su sangre “por Egipto y por su ciudadanía contra cada terrorista, extremista o persona ignorante”. Según Reuters, el plan de intervención del Ejército contempla defenestrar al Presidente, instaurar un Gobierno provisional de tecnócratas civiles, redactar una nueva Constitución y, finalmente, convocar nuevas elecciones presidenciales.

Las principales razones que han llevado a la población a indignarse se explican por el nuevo Gobierno islamista. Morsi, durante cuyo mandato la economía ha empeorado, no ha logrado promover un equilibrio entre las diversas fuerzas políticas del país – el Ejército, los radicales islámicos, los partidarios del antiguo régimen, los laicos, los liberales, etc.

¿Cuáles son los orígenes de la crisis política?

La crisis actual que asola el panorama político egipcio empezó en el momento de la caída de Mubarak, con el golpe militar que garantizaría el traspaso del poder a instituciones civiles democráticamente elegidas. La disputa que siguió los meses siguientes entre los Hermanos Musulmanes y las Fuerzas Armadas, las dos principales fuerzas del país, ha llevado con que el Gobierno adoptase medidas poco democráticas, por la cual los Hermanos Musulmanes han procurado acaparar el poder político y apartar a jueces y a militares. Los principales puntos de crítica de la oposición son la aprobación de una Constitución de corte islamista y el intento fallido de Morsi, el año pasado, de aprobar un decreto que le hubiera otorgado poderes casi absolutos como presidente.

¿Cuáles son los principales problemas de la economía?

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Mientras la tasa de desempleo supera ya el 13%, hay escasez de productos como la gasolina -los conductores tienen que esperar durante horas en colas para llenar el depósito en las gasolineras – y de crédito, lo que quita la confianza de los mercados y distancia a los inversores. Morsi no ha logrado cerrar un acuerdo con el FMI que le proporcionaría un crédito de 14.500 millones de dólares para ordenar la economía. Los apagones de electricidad se hacen frecuentes y el turismo ha bajado desde el comienzo de las revueltas.

¿Qué piden los manifestantes?

El movimiento popular Tamarod (Rebélate, en árabe), que ha convocado esta ronda de protestas, asegura haber recogido 22 millones de firmas para pedir la dimisión de Morsi – lo que supondría una cantidad superior a los 13,2 millones de personas que el año pasado eligieron al hoy presidente. El grupo opositor amenaza con comenzar una campaña de desobediencia civil y, en preparación para el ultimátum dado por las Fuerzas Armadas, ha pedido a sus simpatizantes que a partir de las cuatro de la tarde de hoy acudan al palacio de Al Quba, donde Morsi está alojado. Según un comunicado difundido en la web, el grupo pide a la policía, el Ejército y la justicia que tome partido por sus demandas.

La oposición está formada por grupos heterogéneos que creen que el presidente ha traicionado los principios de la revolución iniciada en 2011, que encendió el deseo de representatividad, el respeto por las minorías y mejoras en las libertades civiles. Los opositores temen, además, el avance del fundamentalismo islámico. Recientemente, Morsi ha nombrado a Adel al-Jayat, un exmiembro del grupo terrorista Gama Islamiya, como gobernador de la provincia de Luxor, pero la presión de los empresarios y de los opositores le obligó a dimitir de su cargo.

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