El orgullo arcoíris inunda Barcelona
El desfile gay congrega a más de 70.000 personas. El colectivo aboga por la creación de una ley específica contra la homofobia
Un grupo de señoras miraba con estupefacción la marea humana que llegaba a lo lejos, subiendo la avenida Paral·lel. Con la calle cortada al tráfico, solo unos cuantos curiosos se asomaban a la vía para observar el ejército de banderas multicolor que ya comenzaban a vislumbrarse más nítidamente desde ese punto de la arteria. “Es que hoy es el día del orgullo gay”, explicaba una de las señoras a sus amigas. Las ancianas sonrieron entre sí y se sentaron en un banco a los pies de la avenida para ver, desde la primera fila, la marcha del Pride Barcelona, el evento que conmemora el día del orgullo de lesbianas, gays, transexuales y bisexuales (LGTB) en la ciudad y que ayer reunió a más de 70.000 personas.
Tacones imposibles, disfraces irreverentes y torsos al aire tomaron desde primera hora de la tarde el barrio del Paral·lel, punto de partida de la comitiva. Mientras los participantes daban los últimos retoques a sus carrozas, un ángel vestido de azul y un diablo embutido en purpurina atravesaban la avenida para reunirse con la fiesta. Revestidos de color y sin límites de decibelios, una veintena de camiones, camionetas y furgones reconvertidos en carrozas participaron en el recorrido que los llevaría por toda la avenida hasta la Plaza de España, epicentro del evento.
El arranque de la comitiva estuvo capitaneado por las asociaciones de padres y madres homosexuales. Con una gran bandera multicolor ondeando sobre la cabeza de una multitud de niños, las familias abrían camino a un trenecillo arcoíris en el que llevaban a sus hijos. “Querer no es un crimen” o “nuestros derechos no se negocian” fueron algunas de las consignas que podía leerse en las decenas de pancartas que coparon la avenida.
“Estos eventos atraen a mucho público. A pesar de que el día del orgullo en Madrid, por ejemplo, es más multitudinario, Barcelona es una de las tres ciudades europeas favoritas para el turismo gay”, explicaba el director de la Pride Barcelona, David Martí. Las cinco ediciones del día del orgullo LGTB han consolidado a la capital catalana como uno de los destinos predilectos para los turistas gays de toda Europa.
La cita de ayer, en la que ya se notó una gran afluencia de público extranjero, tampoco estuvo exenta de representación política. A la presencia del alcalde Xavier Trias en la inauguración—por más que no hizo una declaración institucional en apoyo del desfile _, se han sumado la mayoría de los partidos políticos, que no quisieron perder protagonismo en la rúa. Mientras unos jugaban con su propio nombre —“Convergays” era la consigna de CiU—, otros mantenían su papel político y se unían, como en el caso de PSC, a la demanda que capitalizó el movimiento este año, en favor de una ley específica contra la homofobia. Los sindicatos trabajaban la jerga coloquial con su “UGT también entiende” y Ciutadans apostaba por llenar su carroza de globos y mensajes escritos en folios recortados con forma de corazón. Iniciativa, por su parte, clamaba, una vez más, contra los recortes a ritmo del Amante bandido de Miguel Bosé.
El cambio de días con respecto al año pasado, cuando se celebró en domingo, ha favorecido, según la organización, el aumento de la ocupación hotelera en la ciudad. “Nuestros hoteles colaboradores, que son 11, están completos y los operadores turísticos nos dicen que está siendo un fin de semana más potente de lo habitual”, señaló Martí. La organización calcula que durante los 10 días que duran las actividades —acabarán hoy con una fiesta familiar en el parque de atracciones del Tibidabo—, pasarán por la Pride Barcelona alrededor de 150.000 personas.
El evento ha contado con un presupuesto de casi 200.000 euros. “El 30% viene de fondos públicos, el otro 30% de los patrocinadores y el resto de recursos propios, como las barras que tenemos en los actos y las aportaciones de las asociaciones”, señala el director de la Pride.
El desfile de ayer, eje central de toda la semana de actividades, remató con un manifiesto que defendía la creación de una ley específica contra la homofobia, fuera de la ley antidiscriminatoria que plantea el gobierno catalán.
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