Los juegos de amarillo y lila toman Barcelona

El Casinet d’Hostrafancs, en el barrio de Sants de Barcelona, se vistió ayer de un amarillo y lila intenso para la inauguración de la séptima edición de Panteresports, un torneo multideportivo internacional impulsado por el club de lesbianas, gais, transexuales, bisexuales (LGTB) Panteres Grogues, que se celebrará este fin de semana. En él participan cerca de 700 personas de más de 20 países diferentes y este año, por primera vez, pasa a celebrarse en junio —antes lo hacía en septiembre— para así coincidir con el Pride Barcelona, un festival para el público gay, y acercarse al Día del Orgullo Gay —28 de junio—.

El Panteresports ofrece imágenes no habituales, como hombres compitiendo en natación sincronizada o parejas de patinaje del mismo sexo. “El deporte ha venido encasillando a sus atletas en inclinaciones sexuales determinadas, y debemos romper el muro que invisibiliza en él la homosexualidad”, explica Marc Andreu, presidente de Panteres Grogues durante 2009 y 2011. El club se creó hace 19 años para integrar homosexualidad y deporte y ayudar a quitar al colectivo LGTB miedo a practicarlo.

En la cola para completar la inscripción al torneo, está José Miguel Latorre con su pareja y su hija Berta de dos años. “Desde hace más de ocho años que soy socio de Panteres”, explica. Latorre, de 36 años, vinculó a su pareja al club hace cuatro. “Aun habiendo sido padres recientemente, no queremos dejar de practicar deporte”, comenta, “Panteres nos da la posibilidad de seguir participando en el equipo de volley sin límite de edad”.

El club organizador pretende romper el vínculo entre los gais y la noche

Panteres Grogues nació con la idea de introducir en Barcelona una idea que ya funcionaba en países como Alemania, Holanda o Bélgica. “Empezamos jugando en la playa a volley un grupo de amigos. Allí conocimos un chico alemán que jugaba en un club gay y nos regaló una pelota amarilla, el color identitario, junto con el lila, de Panteres”, explica Jacques Schoofs, informático de profesión y actual presidente del club. Actualmente son 21 actividades deportivas que componen Panteres Grogues. Abarcan las más comunes —futbol, baloncesto, correr, tenis, volley— y también otras, incluso más allá del deporte, como teatro, taichí, coral, squash o yoga.

El club reivindica “casi de una forma silenciosa” como menciona Schoofs, la no discriminación de homosexuales en la práctica deportiva. Es por ello que no excluyen que se inscriban personas heterosexuales en Panteres. “La gran mayoría de chicas federadas de nuestro club son, de hecho, heterosexuales”, apunta Esteban Ibáñez, miembro de la comisión deportiva del club. Ellos prefieren llamarlo club “LGTB… and friends”. Abierto a todos, un espacio donde se mezclan edades, profesiones, orígenes e intereses. “Llevo 18 años viviendo en París y puedo llevar de forma más natural mi tendencia sexual aquí que allí", explica Fabián Prioletta, de origen argentino.

El club ha convocado otros eventos con gran repercusión. Panteresports, es un ejemplo, pero Eurogames —acontecimiento que se llevó a cabo en Barcelona en 2008 con más de 5.000 participantes— o el Donasports, un torneo para fomentar la participación de las mujeres con motivo del Día Mundial de la Mujer.

Panteres Grogues busca dejar a un lado el vínculo que se ha establecido entre este colectivo y la noche. Así lo explica Schoofs: “Yo no soy una persona de fiesta. Por eso, cuando llegué a Barcelona, me apunté a Panteres. Lo vi como una red social donde conocer gente sin necesidad de trasnochar”. Es otro proceso para salir del armario en un entorno menos habitual. “Ofrecemos algo más que fiesta, saunas y sexo: también somos sanos y deportistas”, obvia el presidente del club.