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Prisión sin fianza para el joven acusado de matar a una menor

El detenido dio versiones “contradictorias” sobre los hechos

Ana Castro, en una imagen distribuida por su familia tras su desaparición.
Ana Castro, en una imagen distribuida por su familia tras su desaparición.

La muerte de Ana Castro, de 15 años, está cada vez más clara. El titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Barcelona, Xavier Paulí, ordenó ayer el ingreso en prisión sin fianza de Gilson C., ecuatoriano de 19 años. El juez sostiene que el joven incurrió en graves contradicciones cuando declaró como testigo ante los Mossos d’Esquadra, que investigan el crimen.

Gilson fue la última persona que vio con vida a la menor. El sábado 27 de abril, ambos acudieron a una fiesta de cumpleaños en una casa particular, junto a la estación de metro de Vilapicina. A las 23 horas se marcharon y, según explicó inicialmente el joven a la familia, caminaron hasta la parada de metro de Virrei Amat. Ana Castro vivía a escasos 200 metros de ese lugar, junto a su madre Gabriela y su hermano Jesús.

El joven aseguró a los familiares de la menor que él siguió en el suburbano hasta la playa, donde se celebraba la Feria de Abril, y que ella le aseguró que se iba a su casa.

Los investigadores

Los investigadores sostienen que no es verdad. Que Gilson en realidad fue con la menor hasta la zona de la primera línea de mar, y estuvo con ella en el espigón de la Mar Bella, que además era un lugar habitual de reunión del grupo de amigos. Allí, presuntamente, el detenido la ahogó.

Gilson negó los hechos ante la policía. Ayer se negó a declarar ante el juez, que le ha metido en prisión. Los investigadores consideran además que el joven lo hizo solo, sin ayuda de nadie.

La policía detuvo a Gilson el pasado martes, y registró su casa. Del domicilio, se llevó ropa del detenido para comprobar si hay restos de ADN de la menor que le incriminen, y el ordenador, para ver si entre ambos hubo algún tipo de intercambios de correos que pueda explicar lo que ocurrió. Hasta ahora no ha trascendido cuál podría ser el móvil del crimen.

Gilson era amigo de Anita, como la conocían en su entorno. Ambos acudían a la iglesia protestante Cosecha Mundial. Además, el joven era amigo del exnovio de la víctima, con el que había roto hacía unas semanas, aunque ambos mantenían una buena relación.

El cadáver de la menor apareció 10 días después de su desaparición, encajado entre las rocas del espigón de la Mar Bella. Su cuerpo estaba en muy mal estado y de hecho durante los primeros momentos se especuló con la posibilidad de que fuese un suicidio. Los mossos ni siquiera informaron de la muerte hasta ayer, un mes y 13 días después, cuando el juez ordenó el ingreso del joven en prisión.

Pero la autopsia y la investigación policial pudieron demostrar que Ana, a pesar de no saber nadar, no murió sola, al caer, sino que la ahogaron. El forense encontró arena en el estómago de la menor. Además, el cuerpo presentaba un fortísimo golpe en la cabeza.

 

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