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Familiares y amigos despiden con cariño y humor a Tom Sharpe

Unas 150 personas acuden al acto en Palafrugell, que podría dar una calle al autor de ‘Wilt’

El féretro de Tom Sharpe, acompañado por Montserrat Verdaguer (izquierda), sus hijas Grace y Jemima, su viuda Nancy y su tercera hija, Melanie.
El féretro de Tom Sharpe, acompañado por Montserrat Verdaguer (izquierda), sus hijas Grace y Jemima, su viuda Nancy y su tercera hija, Melanie.ROBIN TOWNSEND (EFE)

Unas 150 personas entre familia, amigos y fieles lectores despidieron ayer en la iglesia de Sant Martí, de Palafrugell (Girona), al escritor británico Tom Sharpe, autor de la hilarante saga de Wilt y fallecido el pasado jueves en su domicilio de Llafranch. El funeral, de unos 45 minutos, tuvo lugar por el rito anglicano, oficiado por una pastora del pueblo vecino de Madremanya, informa Efe.

Los cantos y lecturas de salmos dieron paso a la intervención de varios amigos de Sharpe, entre ellos la que antes fue doctora que le atendió durante años en España, Montserrat Verdaguer, que explicó que llegó a pensar que el conocido escritor era “inmortal, aunque desgraciadamente se trató de un error, pero no demasiado”. “No podremos disfrutar de tu compañía, pero estarás siempre en mi corazón y en mi cabeza”, dijo Verdaguer, quien se expresó en inglés y en catalán.

El funeral tuvo incluso algún momento para el humor, género que Sharpe cultivó con fruición y que le encumbró con la novela Wilt, cuando su amigo Piers Brendan recordó algunos pasajes de su vida juntos, que la corrosiva mirada del escritor .

La viuda del autor, Nancy Sharpe, pronunció unas breves palabras de la mística Juliana de Norwich, autora de la optiista frase “Todo irá bien, y todo irá bien, y toda clase de cosas irán bien”. A la viuda le acompañaban las tres hijas del escritor, Grace, Jemima y Melanie, que recibieron el pésame de los asistentes al funeral, la mayoría de origen británico, aunque también había vecinos del fallecido y admiradores de su obra.

Uno de estos lectores incondicionales es Juan José Llop, que se desplazó desde Terrassa hasta Palafrugell para despedir a Sharpe. “Ha sido una persona de la que he leído todos sus libros porque te ríes con ellos; los conozco todos y si no venía me hubiese sentido mal, tenía que venir porque he pasado muy buenos momentos con él”, comentaba este fiel admirador a la salida del funeral.

El alcalde de Palafrugell, Juli Fernández, por su parte, calificó la ceremonia de “emotiva y especial”, al tiempo que recordó que era una oportunidad de los habitantes de la zona para mostrar su reconocimiento a “un escritor de reconocido prestigio; llevaba unos veinte años con nosotros”, recordó Fernández, quien ha elogiado, además de la figura literaria, “su defensa de los derechos humanos, hasta volcarse en favor de la sanidad pública catalana”.

El alcalde de Palafrugell y primer secretario del PSC en Girona avanzó que el consistorio está estudiando con la familia de Sharpe la realización de un acto de homenaje al escritor. Tampoco se descarta la posibilidad de que una calle lleve su nombre.

El cuerpo de Sharpe será incinerado y las cenizas se repartirán entre Llafranc, la zona de playa de Palafrugell que el escritor convirtió prácticamente en su residencia en sus últimos años de vida, y las localidades inglesas de Cambridge y North Sunderland.

Sharpe barajaba la idea de escribir una memorias, de las que tenía fragmentos (unas 30.000 palabras) en forma epistolar, pero que había aparcado hacía un tiempo porque, exigente como era con su obra, la fórmula no le acababa de convencer, informa Carles Geli. “No hay nada pensado ni decidido aún sobre qué se hará con ese material ”, aseguraban ayer fuentes próximas al autor.

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