Oporto releva a Barcelona

La promesa con la que el año pasado se cerró la primera edición del Festival Primavera Sound en Oporto está a punto de empezar a cumplirse. El Parque da Cidade de Matosinhos, en las afueras de la segunda ciudad de Portugal, ya está preparado, según el diseño, sobrio y respetuoso con la zona verde urbana más extensa del país, articulado por el artista João Paulo Feliciano para tres días de música con un cartel de muchos quilates casi calcado al de su hermano mayor, celebrado en Barcelona hace apenas una semana.

El australiano Nick Cave con The Bad Seeds, uno de los más esperados, descorchará el champán la noche del jueves en el escenario principal (Palco Optimus, 23.30 hora portuguesa). Para quienes ya lo hayan probado, es el mismo lugar franqueado por árboles y sembrado de hierba que sirvió de confortable auditorio a Wilco el año pasado. Otra previsión importante es la actuación de los británicos Blur (el viernes). Entre estos nombres y los de bandas como Shellac, Swans, The Breeders y My Bloody Valentine, además de Los Planetas revisitando el disco Una semana en el motor de un autobús (1998), junto con la presencia de Dan Deacon, Explosions In The Sky, Grizzly Bear y Wild Nothing, entre muchas otras, este Primavera Sound se ha marcado el objetivo de radiografiar algunas de las tendencias sonoras más seguidas del momento.

Y si el tiempo acompaña, que todo indica que sí, la previsión de asistencia es aún mejor que la del año pasado, cuando reunieron a 23.000 espectadores, en una inmensa mayoría llegados desde fuera del país. “El ritmo de venta de entradas supera al de la primera edición y además la demanda desde Portugal ha subido de tal modo que es posible que el público local llegue a constituir el 50% del total”, augura el director del festival, José Barreiro. Pasado el trance del estreno en 2012, Barreiro explica que han intentado ahora que la cita “crezca en experiencia” y sea “algo más que una buena programación”. Para ello, han ampliado la zona gastronómica con presencia de las “tasquinhas” típicas de la ciudad y el mercado de artesanos jóvenes.