La belleza salvaje de Mapplethorpe
La elegancia minimalista y la armonía erótica del célebre autor neoyorquino recalan en la galería Elvira González. La muestra reúne 32 fotografías de desnudos, la mayoría masculinos
El desnudo masculino alcanzó con Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946-Boston, 1989) unas cotas de belleza que muchos equiparan a la perfección de los escultores griegos. Negros o blancos, total o parcialmente retratados, sus modelos desprenden una elegancia minimalista difícil de capturar con la cámara. Famoso en todo el mundo desde la década de los 60 por sus trabajos homoeróticos, durante su última década de vida, Mapplethorpe optó por el refinamiento y la armonía, sin olvidar una brutal carnalidad en su obra.
La exposición que ahora ofrece la galería Elvira González se centra precisamente en los trabajos realizados entre 1980 y 1989. Son 32 fotografías protagonizadas por cuerpos desnudos de hombres y de una mujer, Lisa Lyon, junto a composiciones vegetales y animales que conforman bodegones al más puro estilo Morandi. La exposición, segunda que esta galería dedica al artista neoyorkino, forma parte del festival Off PHotoEspaña 2013.
Una caracola con el nácar cuajado de cristales es la primera obra con la que arranca el recorrido. Las curvas y la luz que se proyecta sobre el molusco, tiene la misma carga erótica de las posturas masculinas que vienen después. Un manojo de espigas abrazadas dentro de un vaso de cristal recuerda el baile de cuerpos que tan profusamente retrató en sus primeros años.
El mundo vegetal y animal da paso a una serie de fotografías de gran formato en las que el tema central es una parte del cuerpo. Unas bellísimas manos negras sujetas contra una pared, otras que cubren completamente un rostro, unas terceras que se cruzan en plena danza.
Y del detalle al medio cuerpo con piernas que descansan al sol, que forman un ángulo perfecto con el torso o que se cruzan en una pura exhibición elástica. De su modelo y amiga Lisa Lyon muestra el pubis adornado con un cangrejo o su cuerpo completo con el rostro oculto por la falda.
La parte final es una apoteosis de hombres perfectos. Todos negros y con cuerpos sobresalientes. Todos amigos del artista y modelos. Al bellísimo rostro de Jack Walls con un manojo de rastas recogidas en moño, le sigue el musculoso cuerpo de Michael Reed, la impresionante espalda de Michael Roth o la pose frontal de Ken Moody.
Investigador incansable, Robert Mapplethorpe realizó gran parte de su trabajo con una sencilla polaroid. La instantaneidad le venía bien para difundir de manera rápida los retratos de sus amigos. Pero pronto incorporó nuevos formatos y técnicas, sin abandonar el blanco y negro. Fotograbados, platinotipias o cibachrome le sirvieron para depurar al máximo la belleza.
Robert Mapplethorpe. Galería Elvira González (General Castaños, 3). hasta el 19 de julio.
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