El ‘delfín’ se desmarca otra vez de la doctrina de Aguirre

En una nueva muestra de su distanciamiento de la doctrina de Esperanza Aguirre, o al menos de la parte que más turbulencias pueda generar con la dirección nacional del Partido Popular, Ignacio González se desmarcó ayer de la idea de su gran valedora de que el PP celebre primarias. “Las primarias son un invento de Zapatero y su partido que ha provocado un caos tremendo en el Partido Socialista. Hablan de las primarias para resolver sus conflictos y ver quién manda”, rechazó el presidente de la Comunidad y secretario general del PP autónomo.

“Si de lo que se trata es de presentar a los mejores a las elecciones no parece descabellado que sean elegidos por sus compañeros de partido (...). Abrir un periodo de elecciones internas es la mejor manera de impulsar el debate en su interior”, había propuesto Aguirre en su tribuna de Abc. “Si ese proceso se hace de manera abierta y los ciudadanos tienen la posibilidad de contemplar o, incluso, participar en los debates, se sentirán más cerca de sus políticos”, era otro de los extractos en los que pedía una mayor democracia interna frente a los aparatos.

Después de ejercer durante nueve años como número dos de Aguirre, González lleva meses esforzándose en ganarse su propio espacio político, en el que él sea el protagonista y no el segundo de nadie. “Llevo más de 20 años ocupando distintos cargos políticos y asumiendo diversas responsabilidades, así que creo que no se me puede considerar como una revelación”, replicó ayer en el Casino de Madrid, en una respuesta que denotó cierta molestia.

La notoriedad de Aguirre ha provocado más de una situación incómoda para González en sus ocho meses como presidente. El colofón llegó el Dos de Mayo, el primero de González como anfitrión. El protagonismo se lo llevó la dirigente liberal por sus críticas a las políticas fiscales del Ejecutivo de Mariano Rajoy. A raíz de la polémica, Aguirre aprovechó los actos conmemorativos del inicio de la revuelta contra las tropas napoleónicas para asegurar que Rajoy “no se equivoca en nada en absoluto” y a continuación señalarle una vez más el camino al reclamar más recortes del gasto público.

Otro hecho que constató el peso y la impronta de Aguirre en la calle es que, pese a haber dado un paso atrás (en teoría), sigue siendo la mejor valorada de la arena política madrileña. “¡Estaría bueno!”, exclamó ella misma antes de abandonar la Puerta del Sol.

El ejemplo más reciente de las diferencias entre González y Aguirre, o al menos de cierta falta de comunicación, sucedió cuando Aguirre pronosticó que Sheldon Adelson cerraría los flecos de Eurovegas la semana pasada en persona en Madrid. Todavía se le espera.