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Aroma de candelabro y azahar

La ópera ‘Pepita Jiménez’, basada en la obra más conocida de Juan Valera, llega este domingo a los Teatros del Canal con música de Albéniz, texto en inglés y dirección de escena de Calixto Bieito

Un momento del ensayo de la ópera 'Pepita Jiménez', de Isaac Albéniz.
Un momento del ensayo de la ópera 'Pepita Jiménez', de Isaac Albéniz.GUILLERMO GENITTI

Ópera española de la mano de uno de los compositores nacionalistas más importantes de nuestro país, libreto en inglés de una obra de Juan Valera, tintes wagnerianos' y puccinescos, pasión casi lorquiana y montaje oscurantista. Todo eso es Pepita Jiménez,la obra del maestro de Camprodón que se estrena mañana en los Teatros del Canal con dirección de escena de Calixto Bieito.

“La música de Albéniz tiene muchísima luz y muchos rincones llenos de deseo, es esplendorosa, maravillosa, una gran ópera. Y creí que podía potenciar todo eso con un viaje de la luz hacia la oscuridad”, dice Bieito, y por eso ha revestido el escenario de múltiples armarios de puertas antiguas que quieren recordar a esas casas andaluzas oscuras para evitar los ataques del calor. Armarios que constituyen una “instalación orgánica, porque los armarios se mueven y palpitan como un corazón”. Dos actos de Andalucía profunda, en los que una joven viuda juega a la seducción con un seminarista: diálogos de religión y erotismo firmados por Juan Valera.

“Este montaje tiene el olor de la novela. Valera es un autor mucho más complejo de lo que pueda parecer. Es un andaluz feliz pero con sentimientos muy fuertes hacia su país y hacia su región”, comenta el director de escena, del que ya vimos en Madrid el verano pasado El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca. A pesar de que el libreto del británico Francis Money-Coutts simplifica demasiado la obra del escritor español, las esencias siguen vivas en esta ópera, sobre todo por la inspirada música de Albéniz. Una música que, según Bieito, es un “paisaje de recuerdos escuchados, con olor a candelabros y azahar”.

Todos los cantantes de esta ópera no solo han leído la novela, sino que también han visto la versión cinematográfica de La tía Tula, cinta en la que el director de escena se ha basado para convertir este drama costumbrista en un dilema romántico a gran escala en la España de la posguerra. “Ni Tosca es tan beata ni Carmen tan mala. Un personaje no puede tener una sola faceta. En la novela, Pepita es una mujer muy culta, mientras que en el libreto es un personaje más plano. Pero a Pepita siempre hay que pensarla como una mujer inteligente, fuerte y que busca seducir”, dice Nicola Beller Carbone, la soprano hispano-germana que encarna a la mujer creada por Juan Valera, la única que se mantiene del reparto que interpretó la obra el pasado octubre en la ciudad argentina de La Plata. La acompañan en el escenario el tenor Gustavo Peña y los Pequeños Cantores de la Comunidad de Madrid, entre otros.

Soprano atípica

Beller tiene un pasado distinto al de una soprano convencional. Cantante del grupo de la movida Toreros Muertos, la soprano era por la mañana alumna de la escuela de Canto de la calle San Bernardo y por las noches vocalista alternativa. También trabajó como actriz con Julio Medem, y conoció en aquellos años a Almodóvar y a su compositor fetiche, Alberto Iglesias. “Pepita Jiménez es una música bastante fácil de escuchar. Normalmente hago repertorio del siglo XX, siempre hago cosas muy complicadas para el público y para mí, y es un placer poder hacer algo muy romántico que me hace mucho bien”, dice Beller, para la que estas representaciones suponen su debut operístico en Madrid.

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“El punto fuerte de esta Pepita Jiménez es una música muy folclórica de connotaciones españolas pero en la clave de los grandes románticos, dice Beller, y quizá por eso esta ópera le recuerda a los musicales americanos de la época dorada de Broadway pero también a la música folclórica de Dvorák. Una ópera con la que Albéniz quería abrir la puerta a la creación de una ópera española, como luego siguieron intentándolo Joaquín Turina con Margot' Manuel de Falla con La vida breve o él mismo, con su artúrica Merlín. Quizá por esa vocación folclórica con tintes de gran música y espíritu nacionalista, Pepita Jiménez ha sido llamada en algunas ocasiones la Cavalleria Ibérica.

Pepita Jiménez. En la Sala Roja de los Teatros del Canal los días 19, 21, 23 y 25 de mayo. Entradas: de 15 a 40 euros.

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