Protesta en la calle y recuerdo institucional a Vidal Bolaño

En el lluvioso mediodía de ayer, en el casco histórico compostelano, el 17 de maio se escindió en dos. En la calle, bajo la bandera de Queremos Galego, miles de personas desfilaban para reclamar de la Xunta una política más decidida de apoyo al gallego. Y justo al lado del recorrido de la marcha, en el Teatro Principal, las autoridades, encabezadas por los presidentes de la Xunta y de la Real Academia Galega (RAG), se reunían en el acto solemne de recuerdo a la figura que protagonizaba la jornada, alguien tan alejado del boato institucional como el dramaturgo Roberto Vidal Bolaño (1950-2002).

 En la manifestación coincidieron miembros de todos los partidos de la oposición. AGE y BNG estuvieron representados al máximo nivel por sus líderes, Xosé Manuel Beiras y Xavier Vence. La delegación del PSdeG compareció encabezada por su portavoz parlamentario, Abel Losada, y por su responsable de cultura, el exministro Francisco Caamaño. “No queremos ser extranjeros en nuestra propia patria. Queremos galego”, proclamaba la pancarta que abrió la marcha, cuyo recorrido se varió levemente respecto al de otros años para evitar que atravesase la Rúa Nova, donde tenía lugar el acto institucional.

Cualquiera que conociese a Vidal Bolaño no tendría duda en aventurar en cuál de las dos citas se habría situado ayer. Pero la RAG, como ya ocurrió hace dos años con el poeta punk Lois Pereiro, hizo su despliegue institucional para evocar la figura del contestatario dramaturgo compostelano. En presencia de Feijóo, los académicos fueron desgranando discursos que elogiaron el carácter “resistente” de Bolaño o su apuesta por una “Galicia liberada”. Los mensajes resultaron poco complacientes con Feijóo, como el del presidente de la RAG, Xesús Alonso Montero, quien le instó a “apoyar a la cultura, al teatro y, sobre todo, a las voces críticas” al tiempo que llamaba a los ciudadanos a “liberarse de la tiranía del mercado”.