Un toro vive suelto desde hace tres meses en un bosque de Montornès
El dueño del animal organiza hoy un operativo con perros, un veterinario y agentes de Protección Civil para devolverlo a su granja
Luis Rodríguez pasea calmo por el denso bosque que rodea Montornès del Vallès (Vallès Oriental). Su lento paso solo se detiene cuando su mirada se topa con un espárrago silvestre. No es la mejor época para salir a buscar este manjar. “Los espárragos de abril, para mí, los de mayo, para el amo”, recita el buscador mientras se inclina para recoger el séptimo de la jornada. Rodríguez ni se inmuta cuando saca a colación la presencia cercana de un toro de 400 kilos de peso, de la raza de la Albera, que durante los últimos meses vive huido por estos montes.
El pasado 2 de febrero, el bóvido que campa libremente por las colinas de Montornès se escapó cuando lo descargaban en la explotación ganadera de Francesc Giró, en Tiana (Maresme). El animal fue trasladado entonces desde el Alt Empordà dentro de un proyecto de la Associació Baussitges Vaca de l'Albera, una raza en peligro de extinción, según la FAO, organización dependiente de la ONU.
Una vaca embiste a tres personas en el centro de Portbou
Una vaca que pastaba ayer en el Cap de Creus se escapó y acabó embistiendo a tres personas —dos adultos y una niña— en el centro de Portbou (Alt Empordà). Los dos adultos, con heridas leves, fueron atendidos en el Hospital de Figueres y la niña, que no presentaba heridas, fue trasladada al centro de atención primaria de Portbou.
La vaca huida, que se movía por la zona de Colera, cruzó todo el centro del municipio y llegó hasta el puerto de la localidad fronteriza, adelantó ayer la Cadena SER en Girona. De camino, golpeó a una mujer de 35 años que cayó al suelo y se golpeó la cabeza. Varios vecinos intentaron, sin éxito, orientar al animal hacia la montaña. Pero no fue hasta que llegó el pastor, ayudado por varios policías locales, cuando consiguieron controlar la situación y cercar al animal. La vaca forma parte de un rebaño que pasta en verano en el Valle de Camprodon y en invierno baja hacia la zona del Cap de Creus, con permiso de la Generalitat.
No es la primera vez que una vaca que pasta por los alrededores de Portbou acaba en medio de la carretera, aunque nunca se había producido un incidente como este, explicó el alcalde del pueblo, Josep Lluís Salas. También aseguró que pedirá a la Generalitat que delimite el espacio de pastoreo para que los animales no puedan escaparse. Representantes del Ayuntamiento se reunirán el lunes con el propietario de las vacas. El Consistorio estudia presentar una denuncia y una reclamación por daños al propietario.
“Espantado por algo”, relata Giró, el toro salió corriendo cuando bajaba del camión. Emprendió entonces una huida que ayer cumplió tres meses y medio. Cruzó la sierra de la Conreria, y después de caminar los ocho kilómetros que separan ambos municipios, encontró el hábitat ideal en el bosque de Vinyes Velles, en el municipio vallesano. “Las lluvias han propiciado un descontrolado crecimiento del sotobosque; aquí no tiene problemas de comida”, explica Juan García, miembro del servicio de Protección Civil de Montornès del Vallès.
Desde febrero hasta mediados del pasado mes, el toro estuvo en paradero desconocido. “Cuando pasaron 15 días de su huida, ya le di por muerto”, reconoce su dueño. Según explica Giró, este tipo de animales difícilmente puede sobrevivir más de cuatro días sin beber. Pero un abrevadero situado a escasos 500 metros de Montornès del Vallès, le ha asegurado a la res durante estos 105 días el abastecimiento de agua.
El primer avistamiento del toro, sin nombre, pese a tener ya más de tres años, sucedió hace un mes. Un vecino de la localidad dio la voz de alarma. Desde entonces, la labor de los miembros de Protección Civil de Montornès se ha centrado en mantenerlo controlado en la misma zona. “Le pedimos al dueño que nos diera un saco de 20 kilos de pienso para dar de comer al toro”, recuerda Pere Parera, jefe del Protección Civil del municipio.
La medida, aseguran los voluntarios, ha resultado y durante el último mes el bóvido no ha salido de la zona, un área colindante a una urbanización del municipio.
A pesar de la cercanía con una zona habitada, los vecinos no se muestran preocupados por la presencia de un animal de casi media tonelada. “¡Qué voy a tener miedo!”, relata con bravura Rodríguez, que reconoce que todas las mañanas pasea por la zona por la que se mueve el toro. “Si me lo encuentro, me saco la chaqueta y le doy unos capotazos”, remata con chulería torera.
Una abrevadero cerca de la localidad asegura el agua a la res
La especie de la Albera no sobresale por su productividad. A pesar de comer un 30% más que otro tipo de bovinos, este animal es más bien enclenque en comparación con otras razas de bóvidos. Tampoco destaca la vaca de la Albera por su elevada producción de leche; da para amamantar a sus descendientes y poco más. Su única virtud es la de desbrozar el monte.
Por eso, el toro huido, juntamente con otras cinco vacas de la misma raza, viajaron hasta Tiana para que pastaran por el Parque de la Serralada del Litoral. Un método de limpieza del sotobosque más sostenible que el uso de maquinaria. “Hace 20 años ardió el 80% del bosque del pueblo”, rememora Giró. “Estos animales hacen una labor importantísima”.
La raza de la Albera no es productiva, solo sirve para desbrozar el monte
Sus compañeras femeninas escaparon también de la granja del ganadero. “Alguien abrió la puerta del cercado y las vacas salieron”, asegura. A diferencia del toro, que huye ante la presencia humana, las vacas pudieron ser devueltas “fácilmente” a la explotación de Giró.
El mismo destino parece que le espera hoy al intrépido toro. El ganadero ha programado para esta mañana un operativo para recuperar a su res. Dos cazadores con sus perros, un veterinario con dardos somníferos y miembros de la Policía Local y de Protección Civil de Montornès, intentarán dormir a la res, y con la ayuda de un camión, transportarán al animal hasta su hogar en Tiana.
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