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Una madre denuncia informes falsos para apartarla de su hija

Un juzgado ha ordenado el cambio de custodia de la menor de seis años, que deberá mudarse a Oviedo con su padre

Con solo seis años, Claudia recorre 800 kilómetros cada dos semanas para visitar a su padre en Oviedo los fines de semana. Así lo ordena el régimen de visitas impuesto por un juzgado de familia desde que sus padres se separaron y la custodia fue concedida a su madre. Ahora, una sentencia de la Audiencia Provincial de Asturias ordena el cambio de custodia en favor del padre alegando que la mujer es “sobreprotectora”. Y la familia materna clama contra la resolución que, aseguran, se basa en un “informe falso” del equipo psicosocial adscrito a los juzgados de Oviedo. Además acusan a este equipo de promover la “idealización de la figura paterna, como padre heroico que reivindica la igualdad masculina frente a denigración de la madre como manipuladora, maliciosa y trastornada”.

La policía judicial ha sido autorizada para acceder a cualquier domicilio en el que se encuentre la madre de Claudia si no entrega voluntariamente a su hija. Mientras la justicia asturiana azuza el traslado inmediato, la familia denuncia una actuación de “coacción y tortura” de la psicóloga del equipo evaluador, en el que también colabora una trabajadora social. Relatan que la valoración del caso acabó derivando en un informe “sesgado” y “falso” realizado en la “más estricta clandestinidad”. Destacan que la jefa de sección del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, Paloma Marín, se ha posicionado en contra de estos equipos. María, la madre de Claudia, explica que su exmarido “no se ha trasladado nunca a Ourense” para ver a la pequeña, aunque ha interpuesto más de una decena de denuncias por presuntos incumplimientos del régimen de visitas de la madre. Ninguna de ellas ha terminado en condena. Detalla dos ocasiones en las que no pudo viajar por encontrarse enferma o por condiciones meteorológicas adversas, aportando informes médicos y de la Guardia Civil que justifican las ausencias. Según relata, la psicóloga calificó esos informes como “una treta para evitar que la niña vea a su padre”.

La familia insiste en que “no van a permitir que se arrebate a la niña de su entorno sin tener en cuenta los perjuicios que le va a ocasionar”. Han iniciado una batalla judicial apelando a las altas instancias y también a la movilización social. “Claudia no es ninguna moneda de cambio” aseguran. Por ahora han recurrido la decisión de la sala asturiana ante el Tribunal Supremo, han elevado una queja a la Defensora del Pueblo y esta tarde se concentrarán ante el centro escolar en el que estudia la niña. Reclaman a gritos “justicia para Claudia”.

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