El asesor fiscal de Gürtel niega su implicación en la visita del Papa
Blanco Balín declara como imputado en el TSJ valenciano por una de las piezas de la trama
Ramón Blanco Balín, expresidente de Repsol-YPF y a quien la investigación considera asesor fiscal de la trama Gürtel, volvió a negar este martes ante el juez, esta vez el instructor de la vertiente valenciana del caso, José Ceres, haber tenido intervención alguna en el supuesto amaño cometido por la red con motivo de la visita del Papa a Valencia en julio de 2006. Balín afirmó que por entonces carecía de capacidad de decisión en Teconsa, la empresa que según la policía fue utilizada por Gürtel como pantalla para la adjudicación, por casi 7,5 millones de euros, de la cobertura televisiva de los actos en los que participaba el Pontífice.
La contratación fue realizada por Ràdio Televisió Valenciana, dirigida entonces por Pedro García, que también está imputado en la causa por los hechos.
Balín admitió que realizó labores de contabilidad para Teconsa en 2006, pero negó que entre los datos que pasaron por sus manos hubiera alguno relacionado con la visita de Benedicto XVI.
Aunque la adjudicación misma del viaje del ahora Papa emérito integra una de las seis piezas separadas de la rama valenciana del caso Gürtel, Balín está imputado por los supuestos delitos fiscales asociados a la contratación de Teconsa.
Un informe de la Agencia Tributaria incorporado al sumario reveló que Teconsa, una constructora leonesa que no tenía experiencia en el sector y tuvo que subcontratar los trabajos que le habían sido adjudicados —instalar los equipos de sonorización y vídeo, así como la retransmisión a través de grandes pantallas distribuidas por Valencia de los actos—, cometió una doble defraudación fiscal. Habría dejado de ingresar 198.300 euros en concepto de IVA, y se habría deducido indebidamente otros 434.941 euros en el pago del impuesto de sociedades, utilizando para ello facturas de seis empresas por servicios que nunca habrían sido prestados en realidad.
Ambos hechos ocurrieron, sin embargo, en el año 2006. Y ese fue el argumento utilizado por Blanco Balín para desvincularse de los mismos e insistir en que por entonces solo realizaba labores de asesoría fiscal para la constructora, limitándose a contabilizar la información que le facilitaban. Entre los datos que manejó, insistió Balín, no hubo nada relacionado con la visita papal. Tampoco con la supuesta defraudación fiscal, ni con el libramiento de talones (uno de ellos por más de un millón de euros) que se habrían derivado de la misma.
El asesor fiscal sí reconoció que dos años después llegó a tener un poder notarial para actuar en nombre de la empresa, aunque afirmó que sus decisiones siempre tenían que ser ratificadas por otro directivo.
La investigación apunta, sin embargo, en una dirección distinta. La policía considera que Blanco Balín era el experto que el cabecilla de Gürtel, Francisco Correa, utilizó para levantar el andamiaje internacional de la organización, que le habría servido para evadir al extranjero buena parte del dinero obtenido mediante su actividad corrupta. Y a pesar de haber admitido ya en sede judicial que su actividad con Teconsa era de asesoría fiscal, ayer volvió a sostener que no ayudó a los dueños de la empresa, vinculada a la red de Correa en otros proyectos, a reducir los pagos al fisco.
La pieza separada sobre la visita del Papa a Valencia cuenta con una veintena de imputados. Según Anticorrupción, Teconsa subcontrató los trabajos de cobertura del Papa por algo más de la mitad de los 7,5 millones de euros a varias empresas expertas en el sector audiovisual. El resto del dinero, descontada la comisión de la constructora, se lo habrían repartido los cabecillas de la trama Gürtel y el entonces presidente de RTVV.
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