Derribando fronteras

Apenas tendrá tres o cuatro años. Juega descalza en uno de las calles de Ramala (Palestina). Su risa parece no molestar al hombre que descansa a la intemperie en el portal de casa, en cuya fachada se leen, en árabe, las palabras: dignidad, aguante, resistencia o victoria. Esta es solo una de las 70 historias que dan vida a la exposición fotográfica La tierra es un solo país, de la periodista Ángeles Lucas, que se exhibe hasta este domingo, de 20.00 a 01.00, en la galería El Pasaje de Sevilla.

“La fotografía que da título a la muestra la tomé en el muro que divide Palestina e Israel. Estando allí observas a la gente, te relacionas con ellos y descubres en primera persona cómo las fronteras son artificiales, mentales, intencionadas, inventadas e interesadas”, explica la sevillana Ángeles Lucas, colaboradora de este periódico.

Este espíritu social de la muestra se materializará en unos meses. La recaudación obtenida con la venta de las fotografías expuestas irá destinada a la construcción de una panadería en la selva de Perú de manos de la asociación Videsol, un colectivo que ya ha creado un centro escolar en esa misma zona. “Con este proyecto se consigue un triple objetivo: ofrecer un empleo a los padres de los menores, dar la posibilidad de formar en un oficio a los alumnos y que puedan conseguir financiación para autoabastecerse”, enumera la autora.

Desde Palestina hasta Cuba pasando por Nueva York o Perú, la exposición ofrece a los visitantes la oportunidad de viajar alrededor del mundo en apenas 70 metros cuadrados para descubrir desde los momentos más cotidianos hasta aquellos que pasarán a la historia: ser un invitado más de una boda turca, viajar en un autobús neoyorquino o participar en las primeras elecciones democráticas en más de 50 años en Guinea, celebradas en 2010. Todas con un factor común: el ser humano.

“Me gustaría compartir un lema que leí en Turquía con el que estoy de acuerto al 100%: Todos iguales, todos diferentes. Debemos reforzar lo que nos asemeja y descubrir, valorar y respetar lo que nos diferencia. Siempre con los derechos humanos por bandera”, apunta la periodista.