_
_
_
_

Un inocente pasa ocho años en la cárcel tras una acusación falsa de violación

La víctima se retractó cinco años después de su denuncia y fue condenada a tres años por ello La Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional aprueba una indemnización de 650.000 euros

A la Audiencia de Almería le bastó el testimonio de la víctima para condenarlo a 13 años de cárcel por violación. Sin ninguna prueba más. También a la Sala Segunda del Tribunal Supremo, que confirmó la sentencia. Gracias a las negligencias de ambos tribunales, El Karrat ez Zitouni, marroquí residente en El Ejido (Almería), permaneció en prisión durante ocho años y 11 meses a pesar de que no era el autor de los hechos que se le imputaban. Cinco años después de la presunta violación por la que fue sentenciado, la falsa víctima aseguró a la policía que había mentido y después fue condenada por ello. Ahora, la sala de lo contencioso de la Audiencia Nacional le ha concedido una indemnización de 650.000 euros que tendrá que abonar el Ministerio de Justicia por el error judicial.

Tanto desde la cárcel de Dueñas (Valladolid), como desde la de El Acebuche (Almería), en las que penó sin tener que hacerlo, Ez Zitouni protagonizó sonoras protestas y hasta una huelga de hambre contra la injusticia que se cometió contra él. También escribió reiteradamente a los juzgados y tribunales por los que pasó su caso y a los Cuerpos de Seguridad del Estado, pero sin ningún resultado.

El acusado protagonizó huelgas de hambre para intentar denunciar su caso

El marroquí fue detenido la madrugada del 12 de agosto de 2001. El relato de hechos —falsos— de la sentencia por la que se le condenó, aseguraba que se abalanzó sobre Fátima M., marroquí como él, “cogiéndola fuertemente por un brazo, comenzando a tocarle los pechos y sus partes genitales”. La falsa denunciante declaró también que, al prestar ella resistencia, Ez Zitouni le enseñó una navaja y se la puso en el pecho. Según el relato inventado por Fátima, primero intentó penetrarla vaginalmente, pero ella le dijo que era virgen, por lo que él “le introdujo el pene en su boca eyaculando en su interior”. Fue la mujer la que acudió a la policía y llevó a los agentes hasta el domicilio del injustamente acusado. Después lo señaló por fotografía y en una rueda de reconocimiento.

De nada sirvió el principal argumento de defensa esgrimido por Ez Zitouni. El acusado mantuvo desde el principio que la incriminación de la muchacha se debía “a una trama urdida por alguien cercano” a Fátima y “motivada por supuesto tráfico de hachís”, pero el tribunal aseguró que su versión no era verosímil. Los magistrados también desoyeron el testimonio de su compañero de piso que aseguró que, a las doce de la noche de ese día, 45 minutos antes de la falsa violación, Ez Zitouni estaba en su casa. “Los hechos ocurrieron después de la hora que refiere el testigo”, aseguró equivocadamente el tribunal almeriense.

La mujer se retractó ante la policía cinco años después  de sus acusaciones falsas

Fátima se arrepintió el 3 de mayo de 2006. Ese día acudió de nuevo a la policía para retractarse y aseguró que su denuncia se debía a “coacciones de terceros”, informa Europa Press. El Juzgado de lo Penal 1 de Almería la condenó por falso testimonio el 25 de febrero de 2009 a tres años de cárcel y una multa. La sentencia fue confirmada por la Audiencia de Almería en junio de ese año, pero Ez Zitouni seguía en prisión a pesar de la evidencia. Y allí permaneció hasta que el Supremo estimó el recurso extraordinario de revisión que presentó el marroquí. El previsto por la ley para errores judiciales como este. En su nueva sentencia, de 9 marzo de 2010, se aseguraba que el penado —Ez Zitouni— fue condenado “por el testimonio de la presunta víctima que ha sido declarado falso y condenada en sentencia firme por falso testimonio”.

El marroquí pedía por su errónea condena 10 millones de euros de indemnización, pero la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional estimó “razonable” fijarla en 630.000 euros, según Europa Press. Esa cantidad se incrementó en 10.000 euros por “la naturaleza del delito objeto de condena, las gravosas circunstancias del cumplimiento de la pena y la difusión de su caso en los medios”. Y en otros 10.000 por la imposibilidad de Ez Zitouni de ver a su familia durante ese tiempo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_