Puig propone una amplia reforma de la política, los partidos y las instituciones

Reformar en profundidad la política, mediante mecanismos de transparencia y de lucha contra la corrupción, pero también los partidos políticos y las instituciones es lo que pretende un documento que el secretario general del PSPV-PSOE, Ximo Puig, presentó ayer a la dirección de su ejecutiva. Bajo el título Propuesta de reacción democrática, el documento parte de un análisis muy crítico de la situación, en el que se afirma que los 35 años de “normalidad democrática” transcurridos desde la Transición han “erosionado el nervio afectivo que debería unir a los ciudadanos con las instituciones que los representan e, incluso, con la norma constitucional”, lo que ha llevado a que el sistema sea incapaz de “integrar en el orden establecido nuevos anhelos, ilusiones y proyectos propios de generaciones y tiempos nuevos”.

También indica, contra lo que sugieren algunos sectores, que la democracia requiere de un reforzamiento de los mecanismos políticos. “Cualquier factor que pueda menoscabar la autonomía del poder político es un hecho letal para la democracia y en especial para los socialdemócratas en Europa y, por descontado, en España”, se lee en el texto. “Por ello cualquier propuesta de regeneración debe pasar, ineludiblemente, por un fortalecimiento del poder político”.

La iniciativa, pues, descarta cualquier tentación de sustituir la política por lo que denomina “soluciones mágicas” para restablecer el vigor en la representación, como la proporcionalidad electoral estricta (que fragmenta el sistema y dificulta las decisiones), las listas abiertas competitivas (propicias a la manipulación de corruptos y demagogos) o las formas de democracia directa que deslegitiman el parlamentarismo y “tienden a la sustitución de la responsabilidad personal por la colectiva”. Frente a ello, el PSPV-PSOE echa mano de la reforma y plantea medidas de calado como la implantación de un sistema electoral que combine la votación a candidatos individuales en distritos uninominales y las listas cerradas en distritos generales. “Los electores podrían así manifestar su preferencia por un concreto candidato en su específico distrito de residencia y, al tiempo, apoyar las candidaturas presentadas por los partidos políticos”. El cambio afectaría también a las elecciones locales, en las que sería posible elegir a los concejales “en listas cerradas no bloqueadas” mientras los alcaldes se elegirían en votación directa mediante el sistema de doble vuelta.

El documento pide que los diputados no estén aforados frente a la corrupción

La democracia, sin embargo, no acaba en las elecciones. Y en ese terreno, la propuesta abanderada por Puig apuesta por facilitar las consultas en referéndum sobre temas importantes “en todos los niveles territoriales del Estado”; reducir a 30.000 el número de firmas necesarias en la Comunidad Valenciana para presentar una iniciativa legislativa popular; facilitar la comparecencia de afectados en las comisiones de las Cortes e incluso implantar la “acción parlamentaria ciudadana”, para que un cierto número de firmantes pudiera promover la creación de comisiones de estudio o investigación.

El documento, que establece como ejes básicos “más control, más transparencia, más participación, más representación y más responsabilidad”, plantea ideas que ya forman parte del debate en el seno de la formación socialista como las elecciones primarias abiertas a los ciudadanos o el establecimiento de un techo de gasto a los partidos políticos, así como la prohibición de que las empresas hagan donaciones a las formaciones políticas, y otras más innovadoras, como la ampliación de los plazos de prescripción de los delitos de corrupción a un mínimo de 15 años o la posibilidad de que los parlamentarios no gocen de aforamiento frente a acusaciones de corrupción.

Puig busca con la iniciativa suscitar el debate para “revitalizar los elementos centrales” de la democracia.