Mucha gente con pocos euros

Valencia recibió ayer a miles de cruceristas llegados a puerto en cinco buques. Riadas de turistas deambularon entre la plaza de la Virgen, la Lonja y el Mercat Central y la plaza del Ayuntamiento. Son fácilmente reconocibles por sus bermudas, náuticos, camisas sueltas y cámaras de fotos.

Turismo Valencia Convention Bureau estima en 65 o 70 millones de euros el impacto económico anual de este tipo de turistas. A pie de calle la impresión del tejido local es que son muchos pero no gastan mucho dinero.

La mayoría de cruceristas se trasladan al centro en un bus concertado aunque siempre hay alguno que va por libre o queda rezagado y recurre al taxi para volver al barco, cuenta Félix Martínez. La ruta más completa, con parada y espera en el lago de L’Albufera, sale por unos 70 euros. Luego hay trayectos más cortos y baratos. “Yo no voy mucho por allí \[a la terminal de cruceros\] pero sí hay 30 o 40 compañeros que se dedican al puerto, nos queda más trabajo por aquí”.

Vienen por miles y al mediodía regresan al buque. Pero antes de hacerlo es fácil verlos visitar la Lonja o pasear por la Plaza Redonda. Juan, propietario de un negocio de hostelería, explica que en su establecimiento compran agua o algún refresco. “Muchos regresan al barco. Notamos mucha afluencia pero poco gasto. Suben más al servicio de lo que consumen”, refiere.

“Malo no puede ser porque si pasa gente, algo más se vende pero...”, agrega este hostelero. Los cruceristas vienen con pocas horas, van deprisa porque los guías a veces no les dejan ni parar. “El turista alemán y ruso se estiran más y el francés, inglés o italiano van más justitos”, aclara.

El Central Bar, un espacio gastronómico en pleno Mercat, está satisfecho con la afluencia de turistas. “Llevamos un par de días que casi todos son turistas. Trabajamos con varias agencias que los traen y paran para un tapeo, un vinito valenciano”, explica Isabel.

Un piso más abajo, Marta, encargada de los servicios del Mercat, habla de que hasta el mediodía han pasado 300 o 400 por allí. Los vendedores del Mercat Central colocaron hace un año tornos junto a los baños para filtrar los cientos de turistas que pisaban sus instalaciones solo por los servicios. Ahora cobran 50 céntimos a los que no han comprado en los puestos. “Es que a veces se forman unas cosas...”, añade Marta.

Joaquín, que regenta una tienda de souvenirs en la calle de María Cristina, lo tiene claro. “Compran lo mínimo y además son la cuarta parte de lo que dicen las oficinas de turismo porque los buques no llegan llenos”. “Hacen el paseito se paran y compran recuerdos de menos de tres euros, imanes y cosas así”, se explaya. El target de público es mejor en Madrid y Barcelona.

En 2012 pasaron por Valencia más de 480.000 cruceristas y para este año hay previstos de un 10 a un 15% más. Para la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la llegada de tantos cruceros demuestra que “estamos en el buen camino”.