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Sandokán insiste en que Aguilar le permitió levantar sus naves ilegales

El líder de Ucor dice que la exalcaldesa le apremiaba para acabar las obras

Rafael Gómez, en el Ayuntamiento de Córdoba.
Rafael Gómez, en el Ayuntamiento de Córdoba.juan manuel vacas

Al líder del principal partido de la oposición en Córdoba, Rafael Gómez, Sandokán, no le importa que la fiscalía haya abierto diligencias de investigación sobre su intento de salpicar a la exalcaldesa de la ciudad, Rosa Aguilar, en sus escándalos urbanísticos. Es más, al presidente de Unión Cordobesa, el hecho de que el Ministerio Público tome nota de lo que dice le encanta. Y por eso este martes Gómez ha vuelto a arremeter duramente contra la antigua regidora de IU, a cuenta del supuesto permiso verbal que, afirma, ella le dio para levantar las naves ilegales de Arenal 2000, su empresa de construcción.

Gómez ha insistido en que las cuatro hectáreas de almacenes levantados en 2005 en unos terrenos especialmente protegidos en las faldas de Sierra Morena gozaban del beneplácito de quienes entonces gobernaban: los concejales de Izquierda Unida. Y como ha venido haciendo, Sandokán se ha enrocado en su idea de que si no se pararon las obras o se precintaron las mismas fue porque no se quiso hacer desde el Consistorio. Pero este martes, Rafael Gómez ha ido más lejos al decir que quienes estaban al frente del Ayuntamiento, con Rosa Aguilar en la cúspide, le insistían en terminar los trabajos. "Hasta el último día [de las obras de las naves] estuvieron preguntándome los que mandaban que cuándo iba a terminar porque los socialistas estaban detrás de nosotros".

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La legislatura en que se construyeron las naves ilegales de Sandokán fue una de las más agrias de los últimos mandatos. Hasta entonces, la figura del joyero y constructor había encontrado el beneplácito de todos los partidos. Pero la construcción de las naves fue tan flagrante que en seguida se convirtió en materia de enfrentamiento político. Especialmente para el PSOE, que encontró en aquella ilegalidad a la vista de todos, una verdadera mina para ejercer oposición. Sus ataques contra Rosa Aguilar fueron furibundos. Y algunos de aquellos argumentos que le sirvieron entonces de ariete, son los que, readaptados a su estilo, utiliza Sandokán para acosarla ahora.

Por ejemplo, en 2006 el entonces portavoz socialista, Antonio Hurtado (quien luego fue compañero de lista electoral de Rosa Aguilar cuando esta se presentó a las elecciones general con el PSOE por Córdoba) , acusó a la alcaldesa de estar haciendo "urbanismo a la carta". Hurtado llegó a decir que la regidora se sometía a "los poderosos, con privilegios muy suculentos, mientras al ciudadano de a pie le exige un cumplimiento riguroso de la norma". Este martes Sandokán ha reiterado esta presunta connivencia de Aguilar. "Sabemos que una obra que dura 18 meses no se hace sola. Y si la alcaldesa la hubiese querido parar, pues la para el primer día que se empieza a hacer la primera excavación", ha señalado el líder de Unión Cordobesa.

Gómez ha venido insistiendo, sin aportar prueba alguna, en que Rosa Aguilar le dio permiso verbal para acabar las enormes naves. Gómez afirma que hay multitud de testigos que confirmarán lo que él dice. Pero se sigue quejando de un detales. "Me dejó que terminase y una vez que las termino, me pone la multa", ha lamentado. La multa que el empresario arrastra desde entonces es una de las más importantes impuesta por un delito urbanístico: 24,6 millones. Una cifra en rojo que lo ha convertido, desde entonces, en el mayor deudor del mismo Ayuntamiento de Córdoba, gobernado por el PP, en el que ahora se sienta como líder de la oposición.

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