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Voces con mucho poder

No hay una voz de contralto comparable en color e intensidad de matices a la que Podles exhibe con orgullo e instinto escénico

Mientras la contralto Ewa Podles se adueñaba del Palau con su potente voz, el actor Sergi López la miraba fijamente, asombrado, como todos, ante los sobrecogedores acentos de su canto. Pocas veces en un mismo concierto se revela de forma tan rotundo el poder de comunicación de la voz en todos sus registros, desde la palabra hablada al estallido coral; del susurro a la imprecación; del murmullo al radiante lirismo.

Acierto pleno, pues, del ciclo Palau 100 al unir en un mismo programa la primera obra religiosa del compositor catalán Joan Guinjoan, In tribulatione mea invocavi Dominum, estrenada en 1987 por encargo de la Semana de Música Religiosa de Cuenca, y una obra maestra del repertorio sinfónico-coral, profundamente rusa, Iván el Terrible, de Serguei Prokófiev, con la música creada para el filme de Eisenstein presentada en forma de oratorio para narrador, contralto, barítono, coros y orquesta en la versión establecida por Abram Stassevich tras la muerte del compositor. Son dos obras que necesitan voces con mucho poder y en el Palau tuvimos suerte: no hay actualmente una voz de contralto comparable en color e intensidad de matices a la que Podles exhibe con orgullo y certero instinto escénico.

IVÁN EL TERRIBLE

Sergi López, narrador. Ewa Podles, contralto. Valeriano Lanchas, barítono. Carles Masdeu, rapsoda. Orfeó Català.

Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana. Víctor Pablo Pérez, director. Obras de Guinjoan y Prokófiev.

Palau. Barcelona, 4 de abril.

Literalmente, impuso su ley por encima de una masa coral y orquestal de casi doscientos integrantes. A su lado, Sergi López no se arrugó en su debú en el Palau como narrador de una obra que exige flexibilidad y control: lo hizo muy bien, quizá algo nervioso al principio —estar rodeado por tan impresionante masa coral y orquestal, y en un escenario como el Palau, impone lo suyo—, pero resolvió con eficacia y oportuno relieve dramático las grandes escenas en las que truena la voz del temible zar de todas las Rusias. También estuvo inspirado el barítono Valeriano Lanchas en su única e histriónica intervención.

Ya sabíamos que Iván el Terrible produce demoledores efectos en su colosal despliegue coral y orquestal, y hay que aplaudir la buena respuesta del Orfeó Català, el Cor de Cambra del Palau de la Música Catalana y la Orquesta Sinfónica de Galicia bajo la siempre fiable, rigurosa y experta batuta de Víctor Pablo Pérez. Lo que no sabíamos, porque rara vez se programa, es que In tribulatione es una obra maestra, hábil y elocuente en el tratamiento de la voz y la orquesta, en una línea que recoge los hallazgos de Stravinski, Gerhard i Penderecki, pero con acentos propios del mejor Guinjoan. Como rapsoda, acertó Carles Masdeu en el tono y la intención musical adecuada a las necesidades expresivas de la pieza.

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