La Caixa traslada a los empresarios que mantendrá la marca Banco de Valencia

Isidre Fainé, presidente de La Caixa, trasladó ayer a la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE) su intención de mantener la marca Banco de Valencia “como un factor de identificación en los territorios tradicionales de la entidad valenciana”. La Caixa se hizo con el banco a finales del año pasado en subasta por un euro y cerca de 5.000 millones de euros en ayudas. Aunque inicialmente pareció barajar la idea de mantener al Banco de Valencia como una entidad independiente, esta misma semana ha aprobado la fusión por absorción entre ambos.

Fainé también se reunió con el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, con quien firmó un convenio que supondrá elevar en un millón de euros el presupuesto de obra social que la entidad destina a la Comunidad Valenciana, según señaló la Generalitat.

La junta directiva de AVE, el principal lobby económico valenciano, planteó al presidente de La Caixa una de las grandes preocupaciones de los empresarios valencianos tras la debacle financiera que ha terminado en muy poco tiempo con las entidades financieras autóctonas, Bancaja (integrada en Bankia e intervenida), CAM (adjudicada al Sabadell) y Banco de Valencia. Esto es, que la distancia con los nuevos centros de poder financiero de las entidades con más presencia en el territorio (al haber heredado la red de las valencianas) comporte una dificultad añadida para acceder al crédito.

AVE transmitió a Fainé “la importancia de que existan interlocutores claros, con poder de decisión en la Comunidad Valenciana para que el crédito fluya a empresas y familias”. Fainé, según la asociación empresarial, mostró su compromiso de contribuir a mejorar “la competitividad del tejido empresarial valenciano, facilitando el acceso a la financiación de las empresas, clave para la recuperación de la economía, y ofreciendo asesoramiento y cobertura a las necesidades financieras de las familias”.

Fabra no logra que La Caixa llene el hueco de Bancaja en la obra social

La reunión se celebró poco después de que La Caixa confirmara la absorción del Banco de Valencia, a través de un canje de títulos a los accionistas minoritarios que ha consistido en valorarlos a 0,005 euros, la mitad de su precio en Bolsa. Dicha cotización, sin embargo, estaba congelada en 0,01 euros porque es el mínimo legal que pueden alcanzar las acciones. El canje acordado es muy inferior, en todo caso, al que habían reclamado, entre otros, los accionistas agrupados en la asociación Pro Banco de Valencia.

La entidad catalana sí tuvo, sin embargo, un gesto hacia 4.000 clientes que son tenedores de bonos subordinados de La Caixa. Frente a la quita del 85% adoptada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), La Caixa les ha ofrecido devolverles prácticamente su valor nominal si aceptan reconvertirlos en depósitos y mantenerlos en la entidad hasta finales de 2014.

El convenio firmado por Fainé con Fabra, que no ha conseguido elevar la obra social de La Caixa hasta niveles que compensaran el vacío dejado por la de la desaparecida Bancaja, tendrá como meta la actuación sobre la exclusión social. Y prestará especial atención al fomento del empleo entre jóvenes y colectivos desfavorecidos, las personas mayores, los enfermos, la naturaleza, el medio ambiente y la divulgación de la cultura.