Navarra, la difícil asignatura pendiente
Los habituales llamamientos abertzales cargados de simbolismo para situar a Navarra en el epicentro de cada Aberri Eguna coinciden este año con la misión imposible de la moción de censura de Bildu contra el Gobierno de Yolanda Barcina (UPN). Pero sin el apoyo de un renuente PSN, las voluntades compartidas de soberanistas y nacionalistas desde ángulos distintos resultan insuficientes para alcanzar este objetivo de hondo calado, que sigue siendo la asignatura pendiente de la aspiración identitaria.
A cambio, ofrece una oportunidad para que las evidentes reticencias entre el entorno de Amaiur y Geroa Bai se vayan aminorando. Ambas coaliciones, donde todavía subyacen sonados enfrentamientos personales, coinciden, sin embargo, en que “todavía es pronto” para “ir de la mano”. No obstante, son conscientes de que el desgaste político de la derecha navarra les ofrece, a partir de ahora, una “ocasión” para compartir su objetivo de comprometer decisivamente el poder de UPN.
En el Aberri Eguna de hoy volverá a plantearse desde la izquierda abertzale la exigencia de la conquista del Gobierno foral, aprovechando el caldo de cultivo que aportan los efectos perversos de las dietas de Caja Navarra. Aunque su nueva marca, Amaiur, no logró su previsión de dos diputados en las últimas generales, el escaño de Geroa Bai a última hora del recuento compensó las expectativas nacionalistas, hasta el punto de que consiguió romper su techo electoral, al alcanzar el 27,71% de los votos. En un tiempo récord, Uxue Barkos renovó el acta bajo unas nuevas siglas y redujo la ventaja soberanista a 6.600 votos.
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