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La independencia, que espere

El PNV y la izquierda ‘abertzale’ mantienen muy alejados sus modelos y sus ritmos Las respuestas a la crisis económica relegan el discurso soberanista

El 'exlehendakari' Juan José Ibarretxe (a la izquierda) y Urkullu aplauden a los 'dantzaris' en la celebración del Aberri Eguna.
El 'exlehendakari' Juan José Ibarretxe (a la izquierda) y Urkullu aplauden a los 'dantzaris' en la celebración del Aberri Eguna.Alfredo Aldai (efe)

Por encima de los estribillos sonoros a favor de la independencia de Euskal Herria, siempre propios de cada Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca), la apuesta soberanista no se antoja prioritaria políticamente este año en medio de una crisis galopante. Los partidos concernidos en el empeño identitario lo saben con apenas una mirada rápida al último sondeo sobre las preocupaciones de los vascos, donde la exigencia de un mayor autogobierno se ve ampliamente relegada por el ámbito económico y la consolidación de la paz.

Precisamente, la búsqueda de respuestas reparadoras a la crisis y la solución al denominado conflicto vasco son, a juicio de Igor Ahedo, profesor de Ciencia Política de la UPV-EHU, elementos contributivos de los alejados posicionamientos que el PNV y la izquierda abertzale mantienen sobre la apuesta soberanista. “El PNV, por razones de gobierno, no puede salirse del marco institucional, limitándose a profundizar la vía estatutaria, y ese flanco puede fortalecer a la izquierda abertzale”. Pero no ahora. “Este año va a ser un Aberri Eguna de impasse. Nadie puede dar un paso adelante: ni el PNV, porque tiene que responder con medidas a la crisis, ni la izquierda abertzale, porque tiene que esperar a que ETA dé el paso que se le reclama”, dice.

El PNV siempre ha situado la gestión económica en el frontispicio de su acción política. A Iñigo Urkullu le preocupa hoy mucho más arrancar el apoyo suficiente a sus primeros Presupuestos en el Gobierno vasco y, de hecho, su partido lo ha incluido en la reflexión política con motivo de la convocatoria de su acto, denominado Aberri Berria (“Nueva Patria”).

El lehendakari recurrirá al corte institucional para exigir la responsabilidad del resto de partidos en la búsqueda de una estabilidad económica. Y ahí tampoco va a encontrar el apoyo de EH Bildu. Sus posiciones son antagónicas y ni siquiera tienen un mínimo punto de partida sobre el que luego alejarse. La coalición abertzale aboga por la desobediencia al déficit impuesto por el Estado para evitar los recortes e impulsar el desarrollo económico, mientras que el PNV apela a la responsabilidad propia de un partido de gobierno. Son dos lenguajes incapaces de entenderse, y posiblemente durante mucho tiempo.

“Este año va a ser un Aberri Eguna de ‘impasse’. Luego será distinto” Igor Ahedo, profesor de Ciencia Política de la UPV

Entre PNV y la izquierda abertzale anida la confrontación porque están concebidos desde principios ideológicos opuestos. Por eso, el EBB quiere que se sepa dónde estriban las diferencias cuando se trata de marcar distancias con su rival político más cualificado cuando de apostar por un modelo soberanista se trata. Así, según un miembro de la dirección jeltzale, “queremos reivindicar la entrada en un ámbito europeo, con un punto de llegada propio de un sistema occidental desarrollado y no por medio de experimentos sin saber a qué atenerse”, una imputación final cuyo destinatario es fácil de imaginar.

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Es un hecho palmario que los dos principales partidos vascos mantienen proyectos encontrados en la apuesta identitaria y no se recatan en exhibirlos. EH Bildu, de hecho, lo entiende como un valor positivo. “Es que no se creen el soberanismo”, dice sobre el PNV un dirigente de la coalición abertzale. “Tienen una concepción autonomista donde el gran peso lo impone el empresario vizcaíno, el industrial, el que responde al perfil de Josu Jon Imaz, y no ocurre como en Cataluña, donde la mayoría de la clase catalana apuesta por la vía de la soberanía”, añade.

Los actos

  • Bilbao y Pamplona concentran los principales actos del Aberri Eguna.
  • El PNV ha convocado a sus militantes y simpatizantes en la Plaza Nueva de Bilbao a las 11.30 bajo el lema Aberri berria ("Una nueva patria). Tres novedades: es el primer Aberri Eguna del partido de vuelta en Ajuria Enea después de tres celebraciones en la oposición e Iñigo Urkullu y Andoni Ortuzar se estrenan como oradores en esta fecha en sus actuales puestos de lehendakari y presidente del partido.
  • Sortu y el resto de formaciones coligadas en EH Bildu acudirán a los actos que Independentistak ha convocado en Pamplona. Bajo el lema Etorkizuna, independentzia ("Futuro, independencia), una marcha recorrerá a partir de las 12.00 el trayecto entre los Golem y el Paseo Sarasate, donde se celebrará un mitin. Después está prevista una comida popular en el Anaitasuna y diversos actos festivos.
  • Varios Ayuntamientos, como los de Bermeo y Mutriku, leerán la declaración de Udalbiltza. El primero ha convocado además un acto institucional.

Para EH Bildu, Gipuzkoa refleja la vía paralela por la que transitan ambas formaciones sin encontrarse. “La apuesta política que se está haciendo en Gipuzkoa es satisfactoria”. Según su radiografía, “se está respondiendo a las necesidades de la crisis con medidas que se notan en materia social, en carreteras, en la cuestión impositiva y, sin embargo, desde la Diputación y el Ayuntamiento de San Sebastián no se ha olvidado nunca la apuesta por el soberanismo”.

En su opinión, “todo responde a ir hacia la independencia desde una posición de izquierdas y el PNV no lo es y ni siquiera es capaz de votar con nosotros para declarar persona non grata al delegado del Gobierno español en Euskadi”, recuerda.

Por todo ello, la izquierda abertzale defiende que “es el momento” de hacer una “apuesta decidida” por el “impulso soberanista”, dice la fuente consultada por EL PAÍS. “Hay que hacerlo desde la transformación social, porque en caso contrario no se entendería y es ahí donde el único modelo que existe es el nuestro y al que invitamos a participar”, advierte.

Esta divergencia notoria se antoja insalvable, y por eso irrita a otros actores directamente concernidos en la apuesta identitaria, como ocurre con los sindicatos mayoritarios vascos. ELA, de hecho, pretende que la mayoría abertzale en el Parlamento vasco sea “más beligerante” en la defensa del autogobierno. En su análisis ante el Aberri Eguna, advierte de que no encuentra en las fuerzas nacionalistas “ningún interés por trabar alianzas” en defensa de los intereses “nacionales” y les insta a plantarse ante “tanta imposición centralista y antisocial”.

Desde este ámbito sindical es donde se comparte con la coalición soberanista el agotamiento del actual sistema económico y la apuesta por la capacidad de decisión que permitiría adecuar un escenario propio. Es ahí donde reaparece con fuerza el discurso asociado a “los perjuicios de la marca España” en el actual contexto socioeconómico, que es compartido también por el PNV y significados empresarios de su entorno. Pero la coincidencia acaba ahí.

Igor Ahedo sospecha, incluso, que este alejamiento entre los dos partidos se irá profundizando con el paso del tiempo. “El PNV va a seguir haciendo una política de corte neoliberal, siempre pendiente de la crisis, mientras la izquierda abertzale insistirá en romper el actual marco para disponer de una capacidad de decisión propia como alternativa a la crisis”. Para Ahedo, el único nexo de una posible unión ya no existe: Juan José Ibarretxe. “Suponía el tercer espacio, la apuesta abertzale desde el PNV que podría acercar a las dos familias, a la más soberanista y a la más acomodada con la vía estatutaria, autonomista”.

La soberanía supone transformación social. El PNV no lo cree asi” Bildu

Francisco Llera, catedrático de Ciencia Política y director del Euskobarómetro, introduce otro elemento, las actuales responsabilidades de gobierno de PNV y Bildu, para alejar más aún el empuje soberanista. Llera sostiene que “han tenido que aparcar esta cuestión”, aunque asume que durante el Aberri Eguna volverán las lógicas reivindicaciones identitarias.

Para llegar a su conclusión, Llera radiografía previamente el actual campo de maniobra de cada partido. “El PNV está centrado en conseguir la estabilidad a su Gobierno, que, además, tiene que controlar una crisis y ya se sabe que las crisis acaban quemando Gobiernos y cuando no tienes mayorías tampoco puedes hacer la política que quieres”.

En cuanto a Bildu, Llera cree que, “además de demostrar que son capaces con su gestión en Gipuzkoa y en San Sebastián, al mismo tiempo tienen que demostrar que su apuesta por la paz y la normalización va en serio”. Desde el EBB se ahonda en la herida abertzale: “Han atemperado su discurso soberanista”, dice un portavoz. “No han hablado desde hace mucho tiempo”, remarca.

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Pero Llera cree que el riesgo de que la apuesta identitaria “aliente una confrontación en la propia comunidad” puede alejar su impulso. Y, por si fuera poco, para enfriar los ánimos soberanistas, añade que el factor tiempo puede ser otro elemento desequilibrante en la exigencia soberanista desde Euskadi. “Va a haber tiempo para saber los resultados que se producen en las consultas de Escocia y de Cataluña y si acaban en fiasco, el País Vasco juega con ventaja porque así se ahorra el viaje”.

El PNV, por su parte, elude los pronósticos. Acompañado de su conocida apuesta por un nuevo estatus político en el horizonte de 2015, desde el EBB se recuerda, mientras tanto, que “siempre se mantendrá la reivindicación del autogobierno”, pero sin olvidar otras cuestiones, como las derivadas del final de la violencia. Uno de sus dirigentes precisa que “va a ser el segundo Aberri Eguna que se celebra en paz”, pero “hay que seguir dando pasos en favor de la concordia y de la convivencia en libertad”.

Así, sobre modelos tan distintos y a los que las fuerzas nacionalistas aplican ritmos tan descompensados, Euskadi sigue muy alejada de Cataluña. El espejismo serán hoy las proclamas soberanistas cuando hagan eco en Madrid. Pero Mariano Rajoy ya saben que suenan distintas a las de la última Diada. Al menos, por el momento.

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