Fanfarronadas que se pagan

Durante décadas, un personaje que se llamó Vicente González Lizondo atribuyó todos los males de este país, al que llamaba rechió, a una pérfida alianza de catalanes y socialistas, que nos querían hurtar la lengua, la collita y la paella. Si Lizondo levantara la cabeza ¿qué diría hoy de esta empobrecida comunidad? Una comunidad gobernada por sus socios y amigos del PP desde 18 años, que ha tenido que regalar la CAM y el Banco de Valencia a los catalanes y Bancaja “a Madrit”. ¿Qué diría de su gran colega José Luis Olivas? Olivas lo ha sido todo, concejal de Hacienda, conseller de lo mismo, presidente interino de la Generalitat y presidente de Bancaja y del Banco de Valencia. Hoy está imputado en el caso Bankia (falsificación de cuentas, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida) y en el caso Banco de Valencia (administración desleal y apropiación indebida). Olivas y el PP, con los militantes de Unión Valenciana absorbidos, tenían la paella por el mango y los únicos granos de arroz que quedan están más socarrados que el común de los ciudadanos, que ya es decir.

Ahora, con las cuentas públicas quebradas y el sector financiero dilapidado, llega la hora de las comisiones y los informes, que es de las pocas cosas que se pueden hacer en política cuando no hay un duro. Y así, por un lado, el lobby de patrones agrupados en AVE (Asociación Valenciana de Empresarios) ha patrocinado un estudio según el cual, el 80% de la deuda acumulada por la Generalitat tendría su origen en el deficiente sistema de financiación y sólo el 20% sería atribuible a los grandes eventos y otros despilfarros autonómicos. Por otro lado, en los próximos días se harán públicas las conclusiones de la Comisión de Expertos en materia de Financiación Autonómica, de la que forman parte el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, el ex director general de Presupuestos con Joan Lerma, José Antonio Pérez (PSPV), Rafael Beneyto (Bloc Compromís) y los profesores Ismael Fernández (EU) y Francisco Pérez (director de investigación del IVIE).

La conclusión, a la luz del artículo publicado el domingo en este periódico por el director del IVIE, pondrá el acento en que, a pesar de haberse cometido excesos, el problema del déficit no viene tanto por la vía del gasto sino por la de los ingresos como consecuencia de un mal sistema de financiación. Y por si con dos huevos duros no hubiera bastante, Alberto Fabra se ha puesto a empollar un huevo de dinosaurio, encargando otro informe a la comisión de economía de los Premios Jaume I formada por iguanodontes de la talla de Pedro Schwartz, Ramón Tamames, José Barea y Jaime Lamo de Espinosa. Comisión, que si Fabra no se quiere suicidar, tiene que llegar a parecida conclusión, por lo que habrá conseguido que empresarios, expertos respaldados por todo el arco parlamentario y viejas glorias de la ciencia económica española con conexiones en FAES, transmitan el mismo mensaje: en 2014 tiene que entrar en vigor un nuevo sistema de financiación que dé mejor respuesta a la Comunidad Valenciana. Con todo, el problema es que la reputación es algo que se forja uno mismo y que luego cuesta borrar de la mente de los demás, o lo que es lo mismo, que las fanfarronadas se pagan.

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