Una foto con Jeanette
La sobredosis de nostalgia continuó con la búsqueda de autógrafos con los cantantes
La sobredosis de nostalgia continuó fuera de Luz de Gas. No contentos con el baño de recuerdos muchos asistentes al concierto pidieron autógrafos y trataron de fotografiarse con alguno de los cantantes. La palma se la llevó Jeanette, que, nada rebelde, posó con generosa paciencia para todos los que se lo pidieron hasta que no pudo más. En ese momento, al dar la espalda cansada la exchica de Picnic, saltó la frase de la noche —tras Help, ayúdame, por supuesto—, cuando un fan le espetó desesperado: “Jeanette, ¿por qué te vas?”.
Este enviado especial al túnel del tiempo con parada en aquellos días de guateque en que no te comías una rosca, estuvo tan hábil que consiguió ¡dos! posados con la cantante y un tercero en un grupo tan first seventies que solo faltaban Don Cicuta y los gitanitos Ortiz por no hablar del tren Payá. La velada, seguida desde el fondo de un Luz de Gas abarrotado en el que te asombrabas de cómo ha envejecido todo el mundo hasta que te veías reflejado en el espejo de detrás, estuvo llena de emociones y sorpresas (¡esa foto de Tony Ronald y Cruyff!).
Arrinconado entre unas féminas para las que difícilmente dejarías ya la llave en tu puerta y un maduro caballero que se empeñó en bailar Lady Banana como si fuera el organista de Los Bravos, rociándonos de gin-tonic, traté de concentrarme en lo que evocaba el escenario y de teletransportarme a un mundo en el que nadie se riera de los pantalones de peto, Help no saliera nunca del comediscos y fuera imprescindible el Clearasil. Entonces apareció Jeanette y todo pareció de nuevo posible. Incluso la juventud.
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