Flix traslada su lucha a Barcelona
Los vecinos fletan 14 autobuses y el pueblo se queda paralizado por un día La Generalitat cree que hay argumentos para rebatir los 156 empleos amenazados por Ercros
El municipio de Flix (Ribera d’Ebre) ha amanecido este lunes desierto. Alrededor de un millar de vecinos han viajado a Barcelona para protestar contra los despidos que la electroquímica Ercros pretende llevar a cabo en la fábrica de la población, donde están amenazados 156 empleos, el 75% de la plantilla contratada por la empresa en el municipio.
Armados con medio centenar de pancartas, pitos y tambores, los vecinos han fletado una caravana de hasta 15 autobuses rumbo a Barcelona para manifestarse ante la sede de Ercros. El objetivo no era otro que el de aumentar la presión sobre la dirección de la compañía e intentar que tome alternativas a la destrucción de puestos de trabajo.
Durante la mañana, los asistentes cortaron la avenida Diagonal en ambos sentidos y se concentraron ante la fachada del edificio que alberga la sede de Ercros. Los manifestantes lanzaron sacos de tierra y huevos contra las puertas como protesta simbólica por las 30 hectáreas contaminadas con residuos tóxicos que la empresa ha acumulado en Flix desde su puesta en marcha.
Con las pancartas en alto y al grito de “¡Flix quiere vivir!”, la plantilla de Ercros estuvo acompañada por asociaciones y entidades municipales, así como por los representantes de una veintena de empresas locales que trabajan para el grupo. Según los sindicatos, además de los 156 despidos del expediente de regulación de empleo (ERE), la medida también afectaría indirectamente a otro centenar de empleos.
Emocionado, el alcalde de Flix, Marc Mur, declaró que el ERE de Ercros “solo tiene una salida, paro y miseria” para el municipio y reclamó el mantenimiento del empleo.
Tras la protesta, el alcalde Marc Mur se reunió con el consejero de Empresa y Empleo, Felip Puig, y el secretario de Empleo y Relaciones Laborales, Ramon Bonastre. Según explicó Mur, la Generalitat considera que existen “argumentos para rebatir” los motivos alegados por la compañía. El principal problema, no obstante, estriba en que la química, que también prepara despidos en su planta de Cartagena, ha presentado el expediente en Madrid, por lo que el Gobierno catalán se encuentra en fuera de juego a no ser que la dirección de la empresa plantee presentar los dos bloques de despidos por separado. Las demandas expresadas hasta ahora por Bonastre para sentarse a negociar con la dirección de la compañía han caído en saco roto.
Mur insistió en que las peticiones del pueblo pasan “solamente por retirar el ERE y mantener la línea de producción de cloro”. Las instalaciones de Ercros en Flix cuentan con dos actividades, una centrada en el cloro y otra especializada en fosfatos. La compañía, presidida por Antoni Zabalza, se ha amparado en los malos resultados de sus plantas de cloro —el año pasado registraron unas pérdidas de 22,39 millones de euros, mientras que las del conjunto del grupo fueron de 12,13 millones— para plantear el cierre de las instalaciones de electrólisis y derivados del cloro.
La empresa química solo mantendría abierta la planta de fosfato dicálcico para alimentación animal, la instalación que acarrea mayores problemas ambientales. “Millones de euros (...) los hemos cedido a un vertedero industrial de titularidad municipal a precios ridículos. Su planta de fosfatos —que necesita de este vertedero— no sería rentable en ningún otro lugar de Cataluña. Por eso, es lo único que no plantean cerrar en Flix”, han espetado los vecinos en una carta abierta remitida al presidente de Ercros.
La preocupación generalizada se dejó sentir en Barcelona. Carles Mata, que trabaja en una carpintería y es de los que se trasladó a Barcelona, vaticinó que los 156 despidos planteados ahora “son el paso previo al cierre definitivo”, lo que conllevaría que “el 90% de las empresas del pueblo dejen de trabajar”. En la misma línea, un empleado de la planta, Vicente Blanch, aseguró que “dejando solo 50 empleos van a matar al pueblo”.
“Estos despidos son el paso previo al cierre definitivo”, asegura un vecino que teme que con este “el 90% de las empresas del pueblo dejen de trabajar”
Los vecinos critican que, además de dejar en la calle a 156 trabajadores, la factoría clausure gran parte de su producción en la localidad después de haber contaminado el río Ebro durante décadas. El pantano acumula 700.000 metros cúbicos de residuos tóxicos y radiactivos vertidos tras un siglo de actividad de Ercros y se estima que el coste de la descontaminación alcanzará los 167 millones de euros, de los que solo el 5% sufragará la compañía. “Ercros no puede marcharse dejando 30 hectáreas de residuos tóxicos. Es intolerable”, apuntó Mur.
Mientras la protesta hervía en Barcelona, Flix era un pueblo fantasma. Los comercios, los bares y hasta las oficinas bancarias han mantenido durante toda la jornada las persianas bajadas en solidaridad con sus vecinos amenazados por el paro. Ya durante los días previos, habían anunciado su intención de secundar la protesta mediante carteles que avisaban con un “Yo, el lunes cierro”. En la mayoría de familias de Flix al menos un pariente cercano trabaja en Ercros.
Flix rezumaba a huelga general. También los centros educativos suspendieron la mayoría de las clases. Algunos profesores se han quedado al cuidado de los escolares de menor edad y estuvieron con ellos hasta la tarde, cuando los padres llegaron de Barcelona. Se calcula que apenas 50 niños, el 20% de los alumnos, acudieron al colegio. “Cuando hemos llegado al instituto, hemos visto que tanto los alumnos de Flix como los del resto de los pueblos de los alrededores también nos han apoyado y teníamos poquísimos alumnos”, explicó la directora del Instituto de Flix, Mar Carranza. “Nosotros estamos aquí pero nuestro corazón y pensamientos están en Barcelona”, asegura.
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