La Diputación ratifica sin debate alguno las dedicaciones exclusivas de 14 alcaldes
Todos los partidos apoyan que se pague este salario a 31 de los 51 representantes
Sin debate y por unanimidad. Así ha aprobado esta mañana el Pleno de la Diputación de Barcelona el dictamen por el que se han acordado los miembros electos que ejercerán su cargo, teóricamente, con dedicación exclusiva. La resolución permite a muchos representantes públicos cobrar sueldos muy superiores a los que les corresponderían en los Ayuntamientos que les han elegido.
El pleno de hoy ha durado más o menos una hora y solo se han dedicado 20 segundos a la lectura y aprobación de esta resolución. Ningún portavoz de los cinco partidos representados –CiU, PSC, PP, ICV y ERC - ha querido aportar nada ni puntualizar el contenido, por lo que el texto se ha aceptado de manera inmediata.
Durante esta legislatura, 31 de los 51 diputados que conforman la cámara se han acogido a esta opción, que se traduce en un gasto total de 2,6 millones de euros. De estos representantes, 14 ejercen como alcaldes de municipios y otros 17 son concejales, por lo que su dedicación a la institución provincial no es en absoluto exclusiva. Puesto que no está permitido cobrar dos sueldos públicos, renuncian a su asignación en el ayuntamiento para poder alegar dedicación plena a la Diputación y aumentar así su remuneración. Sin embargo, en muchos casos siguen cobrando cuantiosas dietas en sus municipios.
Este es el caso, por ejemplo, del exalcalde socialista de Sabadell, Manuel Bustos, quien dimitió como alcalde pero no dejó el acta de concejal. Esto le permite seguir asistiendo a la Diputación y cobrar un sueldo por dedicación exclusiva que le aporta 5.957 euros mensuales. Ocurre lo mismo con Ferran Civil, el alcalde de Cercs, un municipio de 1.300 habitantes. Su sueldo como vicepresidente es de 6.921 euros brutos al mes. Como alcalde de una población de entre 1.000 y 3000 habitantes debería cobrar un máximo de 1.900. Todos los diputados con supuesta dedicación exclusiva cobran entre 3.700 y 8.200 euros al mes y gozan de 14 pagas al año.
Estos plenos no se asemejan en ningún caso a las del Parlamento o el Ayuntamiento de Barcelona. De entrada suelen ser extremadamente breves: apenas una hora. Además sus asistentes, en caso de no tener dedicación exclusiva, cobran una generosa dieta, que en 2011 estaba fijada en 1.640 euros por sesión. La corta duración de los plenos hace que el debate sea escaso o nulo, hasta el extremo que los puntos a tratar simplemente se leen. En ese momento es cuando los partidos deben mencionar en voz alta si se abstienen o votan negativamente, si no lo hacen se asume que su voto es favorable.
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